Volcados con la vivienda - Alfa y Omega

Volcados con la vivienda

Cristina Sánchez Aguilar

«Nadie debería aprovechar las dificultades por las que atraviesan las personas y los grupos sociales para perseguir ningún fin particular», y, menos, si estas conductas particularistas son realizadas «por medios contrarios a los derechos fundamentales y a la legalidad vigente». Así de claro se mostraba el presidente de la Conferencia Episcopal Española, cardenal Antonio María Rouco Varela, en su discurso inaugural de la Asamblea Plenaria, el pasado lunes, en clara referencia a los llamados escraches, que, en las últimas semanas están aumentando la tensión social. Aunque la mayoría de los ciudadanos «siguen mostrando un admirable espíritu cívico», afirmaba también el Presidente de la Conferencia Episcopal Española en su discurso, «que se muestra en la disposición a asumir sacrificios y a colaborar en la solución de los problemas que sufren las Administraciones públicas, las empresas y las familias». Y puso, entre otros, el ejemplo de la institución caritativa de la Iglesia, Cáritas, que en diversas diócesis, gracias a un arduo trabajo, ya ha conseguido viviendas sociales para las familias desahuciadas. Una ha sido la archidiócesis madrileña, en la que, el pasado lunes, tuvo lugar la primera entrega de viviendas, cedidas por la Comunidad Autónoma de Madrid. Fue don Julián Espejel el destinatario de este piso –el primero de un centenar que aún quedan por adjudicar–, por el que pagará un alquiler de entre 40 a 200 euros, y disfrutará durante 5 años.

Aunque la entrega de la vivienda es sólo la punta del iceberg del trabajo que hace el Programa Social Vivienda Integradora para Familias, de Cáritas Madrid. «Nuestra labor es, sobre todo, reconstruir el ámbito de la familia, trabajar con ellos para superar la situación de estrés y ayudarles a tener, de nuevo, herramientas para mantenerse de forma autónoma, además del apoyo jurídico que se lleva a cabo en todas las Cáritas parroquiales», explica don José Carlos García Donás, responsable del programa, en el que ya hay más de 2.000 solicitudes. Ahora empieza el trabajo más arduo, «el acompañamiento a las familias a las que se irán entregando las viviendas», para el que, por cierto, se necesitan voluntarios.

También Cáritas Bilbao acaba de presentar una campaña, con el lema Ni casa sin personas, ni personas sin casa, con la propuesta de poner las viviendas vacías a disposición de la institución, bien de forma gratuita, bien con un alquiler reducido, para poder ofrecerlas a los usuarios atendidos en la entidad, y que pasan por un desahucio inminente, o ya están en la calle. La campaña ofrece un programa de inserción, en el que se acompañará a las familias, para que desarrollen capacidades que faciliten su proceso de mejora en aspectos personales, relacionales, laborales y de alojamiento. Sensibilizar a la población también es el objetivo del proyecto bilbaíno, ya que, en el País Vasco, la dificultad de acceder a una vivienda se ha enquistado en la sociedad. De hecho, se superan las 1.100 ejecuciones hipotecarias al año.

Y la diócesis de Lérida continúa con su proyecto de Viviendas Sociales del Antiguo Seminario. Fue tras la participación de monseñor Piris, obispo diocesano, en una asamblea de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, cuando ofreció una parte del antiguo Seminario diocesano, para las familias que han perdido o están en proceso de perder su vivienda. A raíz de este ofrecimiento, muchos particulares y entidades han querido colaborar en lo que se ha convertido en un proyecto para reformar el edificio y construir entre 18 y 20 viviendas. En el segundo trimestre de 2014, la reforma podría estar lista para recibir a los primeros inquilinos.