Domingos y fiestas de guardar - Alfa y Omega

Han pasado las fiestas cívico-religiosas de la Navidad y el Año Nuevo, este año arracimadas de tres en tres, apoyadas en tres domingos, que han hecho posibles tres puentes excepcionales.

De niños aprendimos aquello de los domingos y fiestas de guardar; de guardar el culto, en esos días, el descanso del cuerpo y del alma, y los placeres, diversiones, juegos, entretenimientos propios de cada fiesta y de cada estación.

¿Qué guardamos hoy en las fiestas? Rara es la semana en la que no se nos anuncia la apertura comercial, en domingo y demás días festivos, de alguna tienda, de alguna cadena de servicios, de algún gran almacén o de algún hipermercado.

Los máximos beneficiarios, huelga decirlo, son las grandes empresas de distribución, que en España son, en su mayoría, empresas multinacionales extranjeras, poco sensibles a usos y tradiciones de las localidades en las que se asientan.

Los perdedores, además de los pequeños comercios, son las sociedades enteras.

Recuerdo cuando, hace ya muchos años, el político italiano Luigi Bersani, hoy secretario general del Partito Democrático, se lamentaba, con ocasión de un debate sobre el trabajo en días festivos, de la pérdida de lo que él llamaba il sacro (lo sagrado); en nombres, en símbolos, en celebraciones.

Porque, siendo como son los domingos y varias fiestas de origen religioso, lo sagrado no es sólo la meditación, la Misa, la procesión o las Vísperas, sino todo el conjunto del día de fiesta como día de descanso: el sueño más prolongado, el desayuno y el almuerzo comunes, la compañía familiar o amical, la salida al campo, el paseo, la siesta, las partidas, el deporte, el cine, la lectura o la televisión…

Si el domingo y los días festivos, incluso las grandes fiestas que llenan el corazón, la mente y la memoria, se convierten en días ordinarios cualesquiera, en días de cansancio, trabajo y prisa frenética, o en días dedicados a comprar y a vender…, ¿dónde quedó aquel largo proceso histórico de lucha por las 40 horas de trabajo semanales?

¿Cómo es posible que a esta laboralización de los días festivos se le llame progreso?

¿Vamos todos a ser esclavos del SCPP (Sistema capitalista progresista-publicitario)?

¿Acabaremos todos testa contra testa, sin apenas levantarla, trabajando y pastando todos los días de muestra vida?