Corpus Christi en la diócesis de Lugo. Mil años de adoración ininterrumpida - Alfa y Omega

Corpus Christi en la diócesis de Lugo. Mil años de adoración ininterrumpida

El Señor lleva más de mil años acompañando desde el altar de la catedral de Lugo a generaciones de fieles que se han arrodillado delante de Él para un rato de Adoración. Después de un tiempo de restauración de la catedral, el Santísimo Sacramento vuelve a la Capilla Mayor del templo

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Monseñor Carrasco Rouco, ante el Santísimo, en la Capilla Mayor del templo
Monseñor Carrasco Rouco, ante el Santísimo, en la Capilla Mayor del templo.

A la diócesis de Lugo se la denomina desde muy antiguo como la diócesis del Sacramento, porque los orígenes de la devoción al Santísimo se remontan a muchos siglos atrás. Monseñor Alfonso Carrasco, obispo diocesano, señala a Alfa y Omega que, «ya desde muy antiguo, se expone el Cuerpo de Cristo dentro de la catedral, como signo de devoción eucarística. No se sabe con seguridad cuándo comenzó a exponerse el Santísimo, pero nos podemos remontar a la Edad Media, e incluso se piensa que ya antes del primer milenio existía esta devoción, que comenzó con la intención de defender la verdadera fe en nuestro Señor, ante quienes negaban su Encarnación y su muerte real en la Cruz».

Desde entonces, la catedral de Lugo posee el privilegio de la exposición permanente del Santísimo en su altar mayor. Sobre él ha estado colocada, de manera ininterrumpida, la misma custodia durante años y años. «La custodia actual —confirma monseñor Alfonso Carrasco— llevaba colocada sobre al altar desde 1860; ahora, después de retirarla un tiempo para restaurar la capilla, la hemos colocado de nuevo en estos días, y ahí es posible que vaya a estar durante siglos».

La custodia de la catedral de Lugo.

Vuelta a casa

Con motivo de la finalización de las obras de restauración en la catedral, la celebración del Corpus Christi ha adquirido un significado especial, ya que la adoración vuelve a realizarse donde siempre se ha hecho, generación tras generación: la Capilla Mayor del templo. La Iglesia en Lugo se ha preparado con mimo para esta vuelta a casa, con una Vigilia de adoración especial, el pasado viernes por la noche, y una novena en la que han participado los obispos de las diócesis vecinas de Santiago de Compostela, Tui-Vigo, Mondoñedo-Ferrol, Orense y Astorga, con sendas intervenciones centradas en el misterio de la Eucaristía. En todos estos actos, ha participado la Iglesia en Lugo al completo: sacerdotes, parroquias, comunidades, seminaristas, familias, jóvenes, inmigrantes…, que tomaron parte también en la solemne procesión del Corpus Christi y en la Ofrenda del Reino de Galicia al Santísimo Sacramento, una costumbre que se remonta al año 1669 y que, según monseñor Carrasco, «es un signo distintivo de la fe en estas tierras, que contribuye al culto al Santísimo tan arraigado aquí».

Asombro y agradecimiento

Los actos de renovación de la adoración en la Capilla Mayor de la catedral han sido precedidos por la exposición Hic hoc Mysterium. El esplendor de la presencia, que ha reunido un conjunto de obras artísticas al servicio del culto al Santísimo Sacramento. Entre las 25 piezas de la muestra, ha cobrado especial relevancia la custodia que tradicionalmente está colocada en la Capilla Mayor de la catedral, adonde ha regresado una vez han finalizado las obras de restauración del templo.

Todo ello ha venido a reforzar el misterio de la Adoración en el seno de la Iglesia, tal como señala monseñor Alfonso Carrasco: «La adoración es signo mismo de la presencia del Hijo de Dios entre nosotros, que vino en la carne y nos salvó del pecado. Contemplar esto supone entrar en la dimensión primera de la fe, con el asombro ante un don tan inmenso, y con un gran agradecimiento del corazón».