Propongo al lector un ejercicio previo a la lectura de este libro. Recuerde cuáles han sido las últimas conversaciones que ha mantenido con un interlocutor ateo, agnóstico, anticristiano, perseguidor intelectual de la fe, adalid de las ideologías totalitarias, relativista encadenado, o, simplemente, hijo de su tiempo y del statu quo cultural y social. A renglón seguido, escriba los argumentos que, en la animada conversación, su interlocutor enarboló contra el cristianismo, contra la fe. A partir de este momento, comience el dócil lector la lectura de este libro del periodista Michael Coren, y se dará cuenta que más del ochenta por ciento de las objeciones que ha leído o ha oído en los últimos debates que pretenden deslegitimar el cristianismo aparecen en estas páginas desentrañados y, por tanto, deslegitimados. Si el autor ha decidido titular, de forma periodística, es decir atractiva y provocativa, este texto Herejía. Diez errores sobre el cristianismo, lo ha hecho no sin la ironía que recorre estas páginas, como explica en su final, porque, «en su origen, la palabra herejía significaba elección. La elección no es posible si no hay conocimiento, y no hay conocimiento sin verdad. Cualquiera puede decidir ser hereje, pero que se haga merecedor de ese nombre».
Porque de lo que se trata en este libro no es sólo de lugares comunes, clichés repetidos hasta la saciedad, mentiras recurrentes que no se sostienen más allá de las revistas de modas o de los fáciles debates televisivos, manipulaciones de la Historia o excusas que esconden más que desvelan. Por ejemplo: Jesucristo nunca existió; Dios no existe, pues a las buenas personas les suceden cosas malas; El Código Da Vinci; Hitler era cristiano; el cristianismo promocionó la esclavitud; los cristianos se oponen al progreso y se obsesionan con el aborto… De lo que habla este libro es de la pretensión de verdad de la propuesta cristiana. La cuestión de la verdad del cristianismo, y de la fe en Cristo, es el hilo con el que se va tejiendo la invitación de nuestro autor, un converso de hoy, y de siempre. Si bien es cierto que el Papa Francisco, con su pontificado, está contribuyendo a ahuyentar no pocos de los espíritus malignos de la deslegitimación social del cristianismo y de la imposibilidad de que la fe sea viable en la Historia, no lo es menos que en el sustrato de esos sistemas de ideas, y también se puede decir de creencias, la savia está viva y sigue conquistando poco a poco las conciencias. Siguen saltando, como dice nuestro autor, las alarmas anticristianas. El testimonio cristiano vuela con las alas de la fe y de la razón; hay quien pretende atacar la fe y lo que está atacando es la razón, es decir, la verdad.
En la página 68, al término del capítulo sobre El Código Da Vinci, escribe Coren: «Hay infinidad de ataques, teorías y reservas. Cuando alguien me dice que tiene un nuevo argumento contra el cristianismo, siempre respondo que no. Los he oído antes todos. Pero, siendo bastantes las críticas a la fe, son todavía más numerosas las respuestas razonables y eficaces. En otro tiempo, ganar un debate hacía cambiar las mentalidades; hoy en día, ganar un debate hace solamente que la gente se vaya. La actual cultura occidental da a la Verdad menos importancia que antes».
Michael Coren
Rialp
2013
224
20,00 €