Unos Objetivos del Milenio más justos - Alfa y Omega

La experiencia de la realización de los ODM (Objetivos de Desarrollo del Milenio), con su progreso, pero aun con sus limitaciones y sus sombras, ha puesto de relieve la importancia de establecer objetivos comunes para todos los miembros de la comunidad internacional. Estos Objetivos, desde el punto de vista del desarrollo humano integral, deben partir de la promoción de la familia, fundada sobre un hombre y una mujer, y la protección de sus derechos, como la célula base social y fundamental de todo desarrollo duradero y sostenible .

Asimismo, a medida que la fecha límite se acerca para la realización de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (2015), no es difícil ver que su aplicación no ha sido universal. Esto se debe, en parte, a las limitaciones y ambigüedades, incluidas las de carácter ético, inherentes a la formulación de algunos de estos Objetivos, pero, sobre todo, a la dificultad para concentrarse en un medio eficaz y consensual de aplicación del octavo Objetivo, el relativo a los recursos financieros necesarios para alcanzar los otros siete. En relación con este Objetivo, las decisiones que siguieron a la crisis económica de 2008 han buscado diseñar un gobierno justo de las finanzas internacionales y la reforma de los principales organismos financieros multilaterales. Sin embargo, las discusiones sobre el gobierno de la economía mundial se han llevado a cabo principalmente en pequeños grupos de Estados, como es el caso de los miembros del G-20, que no incluye a los Estados más pobres o menos poblados.

A pesar de tener una justificación desde el punto de vista práctico, esta manera de proceder no es legítima, pues sus decisiones pueden tener consecuencias significativas en otros miembros de la ONU que no participan, directa o indirectamente, en el G-20. Si se desea asegurar el futuro cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, es urgente elaborar mecanismos jurídicos internacionales que permitan la participación de todos los Estados miembros en el diseño y aplicación de las decisiones económicas comunes.

+ Dominique Mamberti
Secretario vaticano para las Relaciones con los Estados, en la LXVIII Asamblea General de la ONU