Pastor adorador en el belén del cielo - Alfa y Omega

La muerte deja una herida en el alma. Ese desgarro se hace más doloroso en fechas especiales, como las fiestas de Navidad, que conllevan un encuentro entrañable de toda la familia. ¿Y cómo se puede llenar ese vacío?

Acudo a la sala 20 del tanatorio, donde reposa Fernando, padre de familia muy arropado por la presencia de sus hijos y otros familiares y amigos. Ha cumplido 60 años en plenitud de entrega y dedicación. Acompaño al grupo en su despedida con esta reflexión: «Papá se os va en esta Navidad, en la que celebramos que el Verbo de Dios se ha entrañado en nuestra realidad humana. Ahora Fernando hace el camino de vuelta hacia el cielo nuevo de Dios. Allí Dios, en persona, se hace presente, enjuga las lágrimas de sus ojos, rompe el poder de la muerte y habita en medio de todos como en propia casa.

Fernando ha sido encarnación de Dios para vosotros; como pastor viviente, se incorpora al coro de los ángeles y los santos en el belén del cielo, y proclama la paz y la alegría para nuestro suelo. En su ausencia se os hará omnipresente, aunque solamente le podéis ver con los ojos del alma.

En la cena de Nochebuena le haréis un hueco para significar su presencia, adornando su plato con una vela encendida y una flor, y repitiendo la oración del padrenuestro que él os enseñó. En torno a la mesa familiar donde habéis compartido con él gozos y penas, haced memoria de todo lo que ha sido para vosotros, de las convicciones que os ha transmitido. El vacío de su ausencia os dará la medida exacta de aquella presencia suya y acabará revelándoos la verdad que entonces no supisteis valorar. Cada vez que remováis las cenizas de su vivo recuerdo, notaréis las brasas encendidas de su amor.

Ahora os convertís en la voz de su memoria y asumís la responsabilidad de que perduren su fe, su amor incondicional, su sentido de la justicia y de la dignidad. En esta Navidad, perseverad en la fe y la esperanza para seguir creyendo, para seguir amando, para seguir las huellas que él os marcó. En medio de la nostalgia, ¡feliz Navidad en comunión con Fernando!».