No es verdad 857 - Alfa y Omega

¿Y por qué despacho empezamos, después de ver la viñeta que ilustra este comentario? ¿Por los despachos de la UGT, donde al parecer hay quien cree que la economía global es hacer negocio y cobrar comisiones con miles de globos? ¿O por los despachos con presuntas dobles contabilidades tan rotundamente afirmadas por unos como negadas por otros? ¿O, tal vez, por los despachos que gestionan para el Presidente de la Generalidad de Cataluña viajes en año y medio -naturalmente, con su séquito- a Gran Bretaña, Marruecos, Estados Unidos, Portugal, Rusia, Francia, Brasil, Israel, Bélgica y la India? No está mal ¿eh? No está mal para una región española en práctica quiebra. ¿O tal vez por esos despachos universitarios en los que ETA se infiltra, hasta tal punto que la Guardia Civil alerta de que uno de cada cuatro docentes públicos navarros tiene vínculos proetarras, y un 5 % de profesores están directamente vinculados a ETA? ¿Qué tipo de criterios van a tener los alumnos de esos centros? Sí, hay mucho despacho que limpiar.

El Gobierno actual, que analiza, al llegar al ecuador de su primera legislatura, la situación en España, se muestra satisfecho de lo realizado, como si todo lo que hubiera que realizar fuera la salida de la crisis económica. Se oyen estos días muchas palabras sensatas y equilibradas, pero los hechos, con su tozudez, son los hechos; y los hechos son que la deuda nacional crece, que los 5 millones de parados siguen parados, que tras la indignidad de lo de la doctrina Parot, medio centenar de asesinos y violadores están libres en la calle y, por lo visto, no hay manera legal de controlarlos; los hechos son que el Consejo General del Poder Judicial podía haber empezado a ser independiente y sigue dependiendo de los partidos políticos, con lo que se ha perdido una oportunidad histórica de volver a poner las cosas en su sitio, que para eso se tiene una mayoría absoluta; y los hechos son que, mientras la corrupción galopante asfixia cualquier brote verde de decencia, hay responsables políticos cuyo análisis final se resume en la frase: El PP es tan honrado como todos. Pues, ante tan maravilloso ataque de sinceridad, ¡qué bien!

Se hacen encuestas, más o menos cocinadas, tratando de avizorar por dónde puede ir el voto de los ciudadanos próximamente, pero ninguna de las respuestas de los encuestados consigue que quien ve el resultado de las encuestas pueda decir, de verdad: Esto está cambiando. Sí, unos cientos de inútiles entes públicos están desapareciendo, pero, insisto, ninguno que realmente haga pensar al ciudadano que lo del gasto público está cambiando de verdad. Porque, al mismo tiempo, la Junta de Andalucía da otros 6 millones y medio a UGT en pleno escándalo; 150 cafres agreden físicamente a unos estudiantes en la universidad y una semana después no se sabe de nadie que haya sido detenido; y, por si fuera poco, el avión en el que el Príncipe iba a viajar con un grupo de empresarios a Brasil para vender eso que llaman la marca España hace el ridículo más espantoso porque le falta una pieza y no hay repuesto: el repuesto que se encuentra de otro avión también estropeado no acaba de funcionar y el viaje se tiene que suspender. Y, ¿a nadie se le había ocurrido revisar el avión unos días antes? Bueno, pues al avión se le había estropeado una junta de no sé qué… Una junta tenía que ser… ¿No les parece que este avión es una radiografía insuperable de la marca que hoy se quiere vender de este querido y viejo país llamado España?

Aquí, intelectuales que se proclaman serios y responsables, y hasta ministras de Igualdad -que aquí hay un Ministerio de eso-, no tienen el menor reparo en criticar libros de los que no conocen más que el título y ni siquiera se han tomado la molestia de leer. Son algo así como la escritora mejicana ganadora del Premio Cervantes 2013, que dice: «Me siento orgullosa de la obra que aún no he escrito»; o como el futbolista sueco Zlatan Ibrahimovic, que después perder contra Portugal, dice que, si él no está en el Mundial, «el Mundial no va a merecer la pena». Señores, ya se ve que no sólo hay que limpiar despachos… Esto va a ser el cuento de nunca acabar.