León XIV ofrece la Santa Sede «para que los enemigos se encuentren y se miren a los ojos» - Alfa y Omega

León XIV ofrece la Santa Sede «para que los enemigos se encuentren y se miren a los ojos»

El Papa ha vuelto a pedir que «callen las armas» y ha reiterado su llamamiento al diálogo

José Calderero de Aldecoa
León XIV pronunciando su discurso a las Iglesias orientales
León XIV pronunciando su discurso a las Iglesias orientales. Foto: Vatican media.

«Cristo ha resucitado, verdaderamente ha resucitado», ha dicho casi a voz en grito el Papa León XIV. Así ha comenzado su discurso ante los representantes de las Iglesias orientales, que se encuentran en Roma por el Jubileo 2025. Una voz fuerte que contrasta con el silencio que ha pedido para la violencia. Que «callen las armas», ha pedido el nuevo Santo Padre, que ha ofrecido a la Santa Sede «para que los enemigos se encuentren y se miren a los ojos».

En este sentido, cabe señalar que el discurso del Pontífice se ha producido en la víspera de la reunión que mantendrán en Turquía representantes de Rusia e Ucrania, sin que el presidente ruso, Vladimir Putin, haya aclarado todavía si viajará para reunirse con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, quien sí ha mostrado su disposición a mantener un cara a cara con él.

Las palabras del Papa, de hecho, han sido escuchadas en directo por un nutrido grupo de ucranianos, que ha accedido al Aula Pablo VI con banderas de su país. También estaban presentes fieles de países como Siria, Líbano o Irak. Todas ellas Iglesias orientales —a las que les ha dedicado numerosos halagos— que conocen «de primera mano los horrores de la guerra, hasta el punto de que el Papa Francisco ha llamado a vuestras Iglesias mártires».

«El pueblo quiere la paz y yo, con el corazón en la mano, les digo a los líderes del pueblo: ¡reunámonos, hablemos, negociemos! La guerra nunca es inevitable, las armas pueden y deben callar, porque no resuelven los problemas, sino que los aumentan», ha afirmado el Pontífice estadounidense.

Se trata de un llamamiento constante en sus discursos desde que fuera elegido Santo Padre el pasado jueves 8 de mayo: la búsqueda de la paz, el preeminencia del diálogo y también la evangelización, particularmente en los lugares más remotos o inaccesibles para la fe.

La paz es posible

Durante su discurso —se ha congratulado de que uno de sus primeros discursos haya sido precisamente ante las Iglesias orientales—, no solo ha instado a los fieles a rezar «por esta paz, que es reconciliación, perdón, la valentía de pasar página y empezar de nuevo», sino que además se ha comprometido a hacer él mismo «todo lo posible».

En este punto es cuando ha ofrecido la Santa Sede como garante del diálogo entre los distintos protagonistas de las guerras abiertas en todo el mundo. El objetivo de este movimiento, ha indicado, es «que se devuelva a las personas la esperanza y la dignidad que merecen, la dignidad de la paz».

Por último, León XIV ha subrayado que «quien siembra la paz pasará a la historia, no quien cosecha víctimas; porque los demás no son enemigos sino seres humanos: no personas malas a las que odiar, sino personas con las que dialogar» y ha instado a huir «de las visiones maniqueas típicas de las narrativas violentas, que dividen el mundo entre buenos y malos».