León XIV, nada más ser elegido Papa: «Ayudadnos a construir puentes» - Alfa y Omega

León XIV, nada más ser elegido Papa: «Ayudadnos a construir puentes»

Robert Prevost pide «una paz desarmada y desarmante, humilde y perseverante». «El mal no prevalecerá», promete. También ha saludado en español a Perú

Rodrigo Moreno Quicios
El nuevo Papa, León XIV, en la logia central de la basílica de San Pedro nada más ser elegido
El nuevo Papa, León XIV, en la logia central de la basílica de San Pedro nada más ser elegido. Foto: Vatican Media.

El cardenal estadounidense Robert Francis Prevost Martínez ha sido elegido Papa este jueves. Con el nombre de León XIV, sus primeras palabras desde el balcón del Palacio Apostólico han sido: «Queridos hermanos y hermanas, este es el primer saludo de Cristo resucitado y buen pastor que ha dado la vida por el rebaño de Dios». «También yo quisiera que este saludo de paz entre en nuestro corazón, alcance a vuestras familias y a todas las personas estén donde estén, a todos los pueblos y a toda la Tierra. La paz esté con vosotros», ha deseado.

Desde la logia central de la basílica de San Pedro, León XIV ha deseado «una paz desarmada y desarmante, humilde y perseverante». Una paz que «proviene de Dios, que nos ama a todos incondicionalmente». Asomado al mismo balcón, ha recordado que «todavía conservamos en nuestros oídos la siempre débil, pero siempre valiente voz del Papa Francisco cuando bendecía a Roma» durante aquel urbi et orbi que impartió en la víspera de su fallecimiento «aquella mañana del día de Pascua». «Permitidme que dé continuidad a esas bendiciones, Dios nos quiere, nos ama a todos y el mal no prevalecerá», ha asegurado.

De acuerdo con el recientemente elegido nuevo Pontífice, «estamos todos en las manos de Dios». «Por lo tanto, sin miedo, unidos de la mano con Dios entre nosotros, vayamos adelante, seamos discípulos de Cristo». León XIV ha declarado que «Cristo nos precede, el mundo tiene necesidad de su luz, la humanidad necesita de él como puente para ser alcanzado por el amor de Dios». Y ha hecho una petición explícita a los peregrinos congregados en la plaza de San Pedro: «Ayudadnos también vosotros a construir puentes con el diálogo, con el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo».

«Gracias al Papa Francisco»

León XIV ha dado inmediatamente después «gracias al Papa Francisco» y «a todos los cardenales que me han elegido para ser sucesor de Pedro». Y ha pedido a los fieles «caminar junto a nosotros como Iglesia unida, buscando la paz, la justicia, trabajar como hombres y mujeres fieles a Jesucristo y sin miedo». Y otra misión que él mismo cumplió en Perú: «Proclamar el Evangelio y pasar a ser misioneros».

Presentándose a quienes aún no lo conocieran —pues el cardenal Prevost no figuraba entre los favoritos de las quinielas que manejaban los vaticanistas y su elección ha supuesto una sorpresa— ha explicado que «soy un hijo de san Agustín, quien dijo: “Con vosotros soy cristiano y para vosotros obispo”». De hecho, fue hasta la muerte de Francisco prefecto del Dicasterio para los Obispos.

El nuevo Papa ha pedido «caminar juntos hacia esa patria que Dios nos ha preparado». También ha enviado «a la Iglesia de Roma un saludo especial». Le ha encargado «buscar juntos cómo ser una Iglesia misionera». Y también «una Iglesia que construye puentes, diálogo, siempre abierta a recibir a los que tienen necesidad de nuestra caridad, de nuestra presencia, de nuestro diálogo y de amor».

Saludo en español a Perú

Después de este primer mensaje en italiano, León XIV ha enviado también, «si me permiten, un saludo en modo particular a mi querida diócesis de Chiclayo en el Perú» que pastoreó hasta marchar al Vaticano como prefecto del Dicasterio para los Obispos. En agradecimiento, ha definido a estos feligreses como «un pueblo fiel que ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo».

Y volviendo al italiano, ha dicho «a todos vosotros, hermanos y hermanas de Roma, de Italia y de todo el mundo: queremos ser una Iglesia sinodal, una Iglesia que camina, que busca siempre la paz, busca siempre la caridad y busca siempre estar cerca de quienes sufren».

Casi al final de su saludo, ha dicho que «en el día de la súplica a la Virgen de Pompeya, nuestra madre quiere siempre caminar con nosotros, estar cerca de nosotros y ayudarnos con su intercesión a su amor». Y finalmente, ha rezado el avemaría en latín con todos los fieles «por esta nueva misión, por toda la Iglesia y la paz en el mundo».