La política como vocación - Alfa y Omega

En nuestra sociedad se acostumbra a emitir un juicio negativo sobre la actividad política y también sobre las personas que se dedican a ella. Sin embargo, la política es necesaria; y una sociedad que no la valora se pone ella misma en una situación de peligro.

Benedicto XVI dice, en su primera encíclica, que «el orden de la sociedad y del Estado es una tarea principal de la política». Los abusos que se puedan producir no deben ser el árbol que no nos deje ver el bosque de todos aquellos que, movidos por un afán de justicia y de solidaridad, luchan en favor del bien común y entienden su actividad como un servicio y no como un medio para satisfacer la ambición personal. La tarea de los políticos debe ser considerada como una verdadera vocación al servicio del bien común.

La actividad política, en sí misma, tiene una gran dignidad moral, y cuando es ejercida como un acto de entrega personal en bien de la sociedad exige generosidad y desinterés. El compromiso político vivido de esta manera -principalmente cuando procede de un espíritu cristiano- ha sido calificado como un exigente ejercicio de la virtud; y, ciertamente, «la dedicación a la vida política debe ser reconocida como una de las más altas posibilidades morales y profesionales del hombre».

Las actuales sociedades democráticas exigen nuevas y más amplias formas de participación de los ciudadanos, cristianos y no cristianos, en la vida pública. Porque la vida en un sistema político democrático no puede desarrollarse provechosamente sin una activa, responsable y generosa participación de todos.

Los laicos cristianos son Iglesia y participan de la única misión de ésta tanto en el seno de la comunidad eclesial como en el mundo. Mediante el cumplimiento de sus deberes civiles, los laicos cristianos están llamados a animar cristianamente el orden temporal y de ningún modo pueden abdicar de su participación en la vida pública. Y deben evitar la tentación de dejar de lado sus responsabilidades para ser como la levadura dentro de la masa del mundo cumpliendo sus responsabilidades propias en el ámbito profesional, social, económico, cultural y político.