La exquisitez - Alfa y Omega

Me sorprendió cómo algunos medios de comunicación criticaban la cobertura de otros en la muerte del Papa Francisco, el cónclave y la llegada de León XIV. No dudo que pudiese haber determinados contertulios en algunos programas intentando retorcer la cuestión, porque, oigan, de eso también va la libertad de expresión y de prensa que el nuevo Papa alababa en su mensaje a los periodistas el pasado lunes, que calificó como un «bien precioso». Pero yo, que he tenido la inmensa suerte de poder contar con una plataforma como TVE para mostrar, como buenamente he podido, el buen trabajo que hace el equipo de Alfa y Omega en materia de información religiosa, he visto con mis propios ojos la exquisitez con la que se ha tratado todo el proceso desde los servicios informativos y en La hora de la 1, capitaneada por Marc Sala desde Roma. Lo mismo en COPE. En RNE. En Catalunya Radio. En Antena3. En Telemadrid. Todos los compañeros deseando conocer mejor cómo funcionaba un entramado del que no eran especiales conocedores —lógico, yo tampoco sabría bien cómo meterle mano a un partido de fútbol—. He aprendido mucho y estoy orgullosa de mi profesión. Y de la prensa estos días.