Gentes: Lorenzo Albacete, analista (en Páginas Digital) - Alfa y Omega

En realidad, las Iglesias tradicionales también son culpables de la aprobación del mal llamado matrimonio homosexual en Estados Unidos. La batalla a favor del matrimonio natural se perdió cuando, en la teología cristiana, se separó a Dios de Cristo. Hemos acabado en un mundo fideísta, con la gracia absolutamente ausente; en este mundo, el sacramento del Matrimonio ha dejado de tener sentido. Cuando la ley natural se seculariza, se abre la puerta al matrimonio gay. Después de todo, si el divorcio y la contracepción son compatibles con el matrimonio, ¿cómo negar el derecho al matrimonio a las parejas homosexuales? Son más claras que nunca las consecuencias de haber separado a Cristo de nuestra concepción de persona humana. Sin embargo, se nos da así la posibilidad de emprender una nueva evangelización.