Epifanías de tejidos preciosos, en la Galería degli Uffizi, de Florencia. Belleza y amor entretejidos
Seda, oro y plata dorada se entretejen para revivir el dramático momento en el que Jesús es presentado ante Herodes. Arte, amor y mucha paciencia se entrelazan en la contemplación de aquella escena para llevar de la mano al creyente en la contemplación de uno de los misterios más desgarradores de la Pasión





El entramado de fe y color que, entretejiendo seda, oro y plata dorada, revive la escena de Jesús ante Herodes durante la Pasión, puede admirarse todavía, en la Galería de los Uffizi de Florencia, hasta el 3 de junio, junto a otros 16 tapices, de incalculable valor, muy poco conocidos por el gran público, gracias a la exposición Epifanías de tejidos preciosos. Contemplarlos es un auténtico privilegio.
Fueron retirados de los corredores de los Uffizi en 1987 para salvarles la vida. Los tapices son, de hecho, las más frágiles representaciones artísticas, pues la caricia de la luz, la contaminación del polvo, y el peso de la gravedad se convierten en depredadores de la viveza del color y de su misma composición.
Los 17 tapices expuestos provienen tanto de la cautivadora tradición flamenca del siglo XVI, que cautivó a la corte florentina, y de la tradición local introducida a mediados de ese mismo siglo por Cosme I de Médici, primer Gran Duque de Toscana.
Cristo ante Herodes, que ilustra estas páginas, en casi 4 metros cuadrados, obra que llevó tres años de realización (1598-1601) a tres grandes artistas toscanos, pronto volverá, por tanto, a ser custodiado en las bodegas de los Uffizi para protegerlo de las suaves, pero mortales, inclemencias del tiempo.
Seguirán el mismo camino el tapiz que representa el momento bíblico en el que Jacob deja la casa paterna para encaminarse hacia Mesopotamia, obra en la que artistas flamencos, entre 1530 y 1544, dan a la lana y la seda trazados que todavía hoy enternecen y maravillan, a pesar de la palidez de los colores impuesta por el paso del tiempo.
Arte, amor, fe… y mucha paciencia entretejidos para mover a la contemplación. Ya quedan pocos días para que los privilegiados puedan disfrutar de este espectáculo que no se sabe cuándo podrá repetirse.