Comienza la campaña Xtantos 2012. Detrás de la X, la cruz - Alfa y Omega

Comienza la campaña Xtantos 2012. Detrás de la X, la cruz

La Iglesia no vive del dinero de la asignación tributaria (la famosa X); ni siquiera vive de las donaciones, o de las colectas o suscripciones. La Iglesia vive de la Eucaristía, y es gracias a la Eucaristía, al culto y a los sacramentos como puede desarrollar la ingente labor pastoral, asistencial y caritativa que la convierte en la institución con mayor beneficio social de España y del mundo. Es la misma Iglesia: la que reza y la que ayuda

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Un sacerdote atiende en su despacho a dos mujeres inmigrantes.

Don Gabriel es el párroco de San Lucas, en Villanueva del Pardillo. El año pasado, la Cáritas de su parroquia atendió a 107 personas o familias. Cada semana se realizan entrevistas para conocer la realidad personal, familiar, laboral.., de estas personas, y luego se les proporciona alimentos para adultos o bebés, transporte, ropa, medicinas, dinero para pagar los recibos de suministros, alquileres, higiene y limpieza… Todo ello se realizó gracias a la labor del sacerdote y los voluntarios de la parroquia, y gracias a la generosidad de los fieles. «En la parroquia no tenemos bolsa de trabajo, pero como siempre alguien ofrece trabajo y alguien lo demanda, se intenta ayudar poniéndolos en contacto para que se pueda solucionar la situación de necesidad laboral», afirma don Gabriel. Asimismo, en la parroquia son habituales la Operación kilo y las colectas —de dinero y también de bienes de primera necesidad—, las llamadas al voluntariado…, todo porque «en la parroquia procuramos que sacramentos, Palabra y servicio de la caridad vayan muy unidos. En la parroquia, Cáritas desarrolla su labor de atención al pobre o necesitado en unión y comunión con los sacerdotes de la misma. Siempre que actúa Cáritas, lo hace como miembros de la parroquia y como Iglesia».

Así, las difíciles situaciones que afronta la parroquia —desestructuraciones familiares, paro, sueldos que no permiten llegar a final de mes, desarraigo, soledad…— son atendidas desde la parroquia no como una ONG más. Don Gabriel señala que, «en Cáritas, la preocupación por el otro, no es un segundo sector del cristianismo junto al culto, sino que está precisamente enraizada en el culto y forma parte de él. En la Eucaristía, la dimensión horizontal y vertical están inseparablemente unidas».

La Iglesia no es una ONG, es mucho más

Al marcar la X a favor de la Iglesia en su Declaración de la Renta, el contribuyente ayuda al sostenimiento básico de la Iglesia (celebrar el culto, retribuir a las personas dedicadas a la Iglesia y llevar a cabo los proyectos pastorales), para que pueda continuar realizando su labor tanto a nivel pastoral como social. Así, se contribuye a la celebración del culto y los sacramentos, al mantenimiento de los templos, al sostenimiento de los sacerdotes, seminaristas y personal directamente implicado en el servicio de la pastoral, así como a las diferentes acciones pastorales y caritativas que desarrollan parroquias y otros centros de la Iglesia.

De este modo, no se puede entender la caridad sin los sacramentos, y la Cáritas sin el culto. Benedicto XVI ha afirmado recientemente que «la actividad pastoral en la Iglesia comienza y termina siempre con la plegaria, que da sentido, fuerza y esperanza a todo nuestro actuar. Sin ello, se corre el riesgo de olvidar el alma profunda de nuestras ocupaciones para convertirlas en mero activismo». Así, «la Palabra de Dios, la celebración de los sacramentos y el servicio de la caridad son tareas que se implican mutuamente y no pueden separarse una de otra. Para la Iglesia, la caridad no es una especie de asistencia social».

Es la misma experiencia de don Antonio Arroyo, párroco de San Fernando, en Madrid, que dirige una de las parroquias de la diócesis que más recursos gestiona. «En nuestro entorno, hay pocos necesitados, pero ayudamos a otras parroquias en todo lo que podemos», señala don Antonio. Del más de medio millón de euros que ingresa al año, un tercio se queda en la parroquia para atender las diferentes necesidades, y los otros dos tercios salen fuera para causas sociales o pastorales de la diócesis o de otras partes del mundo.

Asimismo, «en la parroquia tenemos un servicio, muy bien acogido, de visitas domiciliarias y de acompañamiento a personas mayores o impedidas que necesitan salir o hacer gestiones médicas o de otra índole y no tienen quien les acompañe, así como para visitarlas si se encuentran solas —afirma don Antonio—. Y en nuestra Cáritas hay una asistencia permanente para atender a todos los que vienen; hay un asistente social para acoger a transeúntes; ayudamos a otras parroquias; existe una bolsa de trabajo que llevan unas religiosas; y varios voluntarios de la parroquia trabajan en el SOIE para ofrecer intermediación laboral a personas sin trabajo. Está claro que, sin culto y sin los sacramentos, no lo harían».

Por todo ello, detrás de cada X que se marca en la Declaración de la Renta a favor de la Iglesia católica, se contribuye tanto al sostenimiento del culto como a la acción caritativa. Y es que Cáritas tiene detrás como aliento y motor a los sacerdotes; y, sin curas, no hay cáritas parroquial.