Cartas a la redacción - Alfa y Omega

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Jóvenes sin miedo

Eso son los miles y miles que, hace unos días, escucharon al Papa en la Jornada Mundial de la Juventud, en Madrid. Jóvenes valientes, inconformistas, que huyen de la mediocridad, y buscan la verdad para no estar desorientados acerca del sentido de la vida. Esa Verdad que hace libres a quienes se comprometen con ella. Han venido de todas partes del mundo, con la mochila llena de ilusiones. No quieren permanecer indiferentes ante la realidad que vive su generación. Por eso, no se paralizan ante las voces agoreras que pretenden ahogar las libertades. Son valientes, no tienen miedo a dar la cara. Se atreven a dar testimonio de su fe ante el mundo, porque tienen el alma llena del deseo de Dios. Necesitan y quieren oír la voz del representante en la tierra de Jesús, en el que creen, que dijo Sin mí no podéis hacer nada. Los mayores solemos decir ¡Qué mal está la juventud!, pero en estos jóvenes tenemos una maravillosa demostración de que ese comentario es erróneo. Estos jóvenes son la realidad de un futuro mejor ¡Bienvenida haya sido la Jornada Mundial de la Juventud!

Mª Luisa Hernández Gómez
Granada

Unos y otros

Unos han proclamado a los cuatro vientos sus mensajes de amor al prójimo, en los que la consideración a los minusválidos es la de «testigos de la dignidad de cada vida humana»; mensajes que han propuesto un generoso compromiso en la construcción de una sociedad donde se respete la dignidad humana y la fraternidad real; mensajes que invitan a pedir ayuda a Dios para descubrir una vocación en la sociedad y en la Iglesia, y a perseverar en ella con alegría y fidelidad; mensajes que repiten, machaconamente que «si uno quiere ser el primero, en la construcción de un mundo más humano, tiene que ser el último de todos y el servidor de todos». Benedicto XVI ha invitado –a los jóvenes y a todos los que le han querido escuchar– a dar testimonio de un modo de vida de entrega a Dios y al prójimo, una vida limpia como el viento y clara como el agua, con los pies bien anclados en la tierra, el corazón mirando al cielo y una sonrisa en los labios. Otros, en cambio, -Dios sabe que me dan muchísima pena- han hablado y han actuado de la lucha de clases, de la bronca, de la manifa de turno y su correspondiente enfrentamiento con la policía; proponen el aborto como solución a los problemas consecuentes de una vida desordenada; abogan por la eutanasia para eliminar el dolor o la vejez; y su esfuerzo se reduce a exigir al Gobierno y a los bancos que les den los recursos suficientes para vivir trabajando lo mínimo posible. Que cada cual elija el camino que más le convenza.

Juan López
Rivas Vaciamadrid (Madrid)

Con el Cristo de la Legión

Parafraseando al Beato Juan Pablo II, soy un joven de casi setenta años y he tenido el privilegio de disfrutar de la JMJ 2011 en la muy calurosa Madrid. Mis hermanos Cofrades del Cristo de la Buena Muerte, me han permitido que me despidiese como hombre de trono que fui durante más años de los que quiero recordar. Y se me permitió llevar sobre mis hombros, como un joven más, la bendita Imagen del Protector de la Legión Española. Me siento pletórico por todo lo vivido. No olvidaré estas vivencias jamás. Solo tengo dos cosas negativas: una, es que lamento no haber podido adquirir recuerdos para mis nietos, por mis obligaciones en la Catedral castrense: quería cruces del peregrino, rosarios, gorras… ¡Ojalá alguien pudiera ayudarme a conseguirlos! Y la otra, es que tengo que aprender a ser más tolerante con los que no nos toleran a los creyentes. Pido que el Espíritu Santo nos inspire a todos, para que seamos capaces de convivir, sin tantas persecuciones y muestras de intolerancia contra la Iglesia que han aparecido estos días.

Francisco Rodríguez Campos
Málaga

La alegría gana a la tristeza

En esta tercera visita del Santo Padre a nuestra España de raíces católicas, que quiere decir universales, nos congratulamos de haber visto a una juventud alegre y festiva para acompañar al Papa Benedicto XVI. Es un reflejo de cómo se comportan los jóvenes comprometidos con la fe, frente a esos indignados, que ni son laicos ni ateos, sino anticatólicos, procedentes de la semilla que vamos heredando de este Gobierno que se apaga y que pretende dejarnos su semilla de enfrentamiento y oposición a la ética y moral.

Juan Cervero
Jerez de la Frontera

Removidos y comprometidos

Impresiona esa cantidad de jóvenes que han venido a Madrid para la JMJ. Con su presencia, el Papa ha transmitido la existencia de ese tesoro escondido del que habla el Evangelio, y que todos, si creemos, podemos encontrar. Recuerdo la JMJ, en la que tuve la suerte de participar, de Santiago de Compostela, en 1989. La experiencia fue inolvidable. Mi marido y yo éramos unos padres jóvenes que, junto a nuestras hijas, emprendimos aquel viaje. Recuerdo que al pasar entre la gente, de madrugada, veíamos a los jóvenes levantarse. Salían de sus sacos de dormir, llenos de polvo. Me impactó ver cómo varios chicos levantaban del suelo a una amiga minusválida, y la sentaban cuidadosamente en una silla de ruedas. Se percibía una alegría honda que se desbordaba en una explosión de gozo con Juan Pablo II. Él es, 22 años después, uno de los patronos en esta cita de Madrid 2011. No dudo de que los participantes en esta JMJ habrán compartido el mismo espíritu, y se sentirán removidos y comprometidos, con el mundo y con la fe que profesan.

Mari Carmen Álvarez
La Coruña