Cáritas: los servicios de Apoyo al empleo y a la formación atendieron a más de 80.000 parados. 13.148 esperanzas contra el paro
Según la última Encuesta de Población Activa, en España ya hay 5.639.500 personas sin trabajo. Y no sólo eso, sino que 1,7 millones de hogares (1.728.400) tienen a todos sus miembros sin trabajo. En este contexto, la labor caritativa de la Iglesia se hace aún más necesaria. Cáritas acaba de anunciar que, en 2011, atendió a más de 80.000 personas con sus programas de apoyo al desempleo, y de ellas, más de 13.000 encontraron trabajo
«Una sociedad que no reconoce los derechos y la dignidad de los más pobres, terminará por no reconocerse a sí misma». Con esta frase presentó don Sebastián Mora, secretario general de Cáritas Española, los datos de los Programas y Servicios de Apoyo al Empleo y la Formación que la institución de caridad de la Iglesia llevó a cabo en 2011. A pesar de la difícil coyuntura económica y social por la que atravesó España el pasado año, la labor de Cáritas demostró que, «si hay voluntad, compromiso, acción e imaginación, también en el ejercicio de la caridad, es posible construir oportunidades». Las cifras de Cáritas avalan sus palabras: en 2011, Cáritas atendió a 80.417 personas (el 68 %, mujeres), de las cuales, 13.148 consiguieron un puesto de trabajo. Con un dato curioso: según el portal Teinteresa.es, mientras Cáritas encuentra trabajo al 16% de los que acuden a sus servicios —la mayoría de ellos, parados de muy larga duración—, el INEM tiene un porcentaje de éxito de sólo el 3 %.
Además de estos más de 13.000 puestos de trabajo, Cáritas atendió a 58.199 personas en sus servicios de Información y Orientación laboral; llevó a cabo acciones formativas y prácticas en empresas para 10.442 personas; realizó acciones de intermediación laboral con 21.836 personas —de las cuales, más de 5.700 encontraron trabajo— y 10.000 empresas; e impulsó 5 cooperativas, 17 empresas de inserción, un centro especial de empleo y 18 talleres, que dieron trabajo a 318 personas en situación de exclusión social. Con razón puede decir Sebastián Mora: «Nadie nos va a robar la esperanza. Somos la expresión caritativa de la Iglesia».

Uno de los valores que hacen de la labor de Cáritas algo muy distinto del resto de servicios de atención al desempleo, es que el trato es absolutamente personalizado en cada caso: se traza un diagnóstico de la persona y del mercado laboral de la zona, se aborda su realidad familiar, formativa… Y, a veces, se combina con ayudas directas (alimentación, ayudas para pagar los recibos y el alquiler, etc.). Por eso, cada caso atendido por Cáritas es distinto. Con todo, las cifras permiten trazar un retrato robot de quienes acuden a las sedes diocesanas y parroquiales de Cáritas, en busca de oportunidades de trabajo. El perfil es el de una mujer, inmigrante (el 60,8 % son extranjeros, aunque cada vez hay más españoles), de entre 25 y 45 años, parada de larga duración y con bajo nivel de formación (el 80,5 % de los usuarios de estos servicios no superan el nivel de la Enseñanza Secundaria). Sin embargo, y gracias a sus más de 2.290 voluntarios, Cáritas se ocupa de darles, no sólo oportunidades para formarse y acceder a un trabajo, sino también esperanza. Porque Dios no deja a nadie de lado.