Cambiemos el pasado con perdón y el futuro con promesa - Alfa y Omega

Cambiemos el pasado con perdón y el futuro con promesa

Entre los tradicionales buenos propósitos para 2024, desde Alfa y Omega añadimos uno más: «Perdonemos y prometamos»

Alfa y Omega

Un conocido refrán gallego nos recuerda que «nunca choveu que non escampara», nunca llueve sin que escampe. En estas páginas nos detenemos a analizar un 2023 empapado por la lluvia, herido por las rupturas. Geográficas y violentas, como Israel y Palestina o Rusia y Ucrania; pero también políticas, como en nuestro resquebrajado país. También hay distancias de índole espiritual, con tantos dubia que dificultan el camino conjunto o los desencuentros públicos y privados en torno a una crisis, la de los abusos en el seno de la Iglesia. Hemos vivido el fallecimiento de un Papa sabio, que revolvió el río para ganancia de algunos pescadores. Y atravesamos un momento clave del Sínodo sobre la sinodalidad, con defensores de un proyecto eclesial para «todos, todos, todos» y aquellos que miran con recelo los cambios. Pero no olvidemos que el año viejo también nos ha dejado brotes verdes, nos ha regalado momentos de cielo escampado: una Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa que ha insuflado el Espíritu a la fuerza viva de la Iglesia que son los jóvenes; una reforma episcopal marcada por la elección de pastores de la escucha; una nación, la nuestra, que aumenta la ayuda económica a la Iglesia, conocedora de su maternidad hacia quienes otros vuelven la mirada. En resumen, hemos tenido experiencias negras y otras llenas de blancura. Dice Ricardo Calleja en su libro de aforismos que presentamos en esta contraportada que «solo podemos actuar en el presente: aquí y ahora. Pero podemos cambiar el pasado mediante el perdón. Y el futuro mediante la promesa». Entre buenos propósitos de adelgazar, ir religiosamente al gimnasio cada mañana, ser más atentos con el vecino o tener más tiempo de calidad con nuestros hijos, desde Alfa y Omega añadimos otro para el 2024 que estrenamos: «Perdonemos y prometamos».