A tiempo de rectificar - Alfa y Omega

«Estamos aún a tiempo de rectificar… España no está condenada sin remedio, sino que sigue siendo una gran nación con historia, cultura, talento y recursos suficientes para seguir teniendo un porvenir incitante y prometedor». Pero «es necesario» un cambio en profundidad. Desde ese convencimiento, el Foro de la Sociedad Civil presentó ayer, en Madrid, un Manifiesto en favor de la Reforma de la Constitución y la Ley Electoral. «No estamos ante un problema generado únicamente por la torpeza y errores de un Gobierno socialista ni por la impotencia y falta de decisión de un Gobierno popular», advierte el documento. «Si hemos llegado a esta situación es, más bien, por una cuestión estructural», que se resume en «la quiebra del Estado Autonómico», debido a «la falta de lealtad constitucional que los nacionalismos periféricos han mantenido con el Estado».

Llegados a este punto, «España ha demostrado ya con creces que no puede ni debe seguir funcionando con 17 Autonomías, algunas de ellas simplemente inventadas, y otras en pertinaz rebeldía. 17 Gobiernos autonómicos, 16 Parlamentos y otros tantos Tribunales de Justicia, Defensores del Pueblo, Consejos consultivos, multitud de empresas públicas —la mayoría en ruina manifiesta— y un rosario de asesores y personal contratado al margen de la Administración constituye un verdadero lujo difícil de mantener».

El Foro descarta la opción federalista, ante su fracaso histórico en España, y propone la «sustitución del actual Autonómico por un Estado Unitario, con un solo Gobierno, un solo Parlamento nacional y un Tribunal Supremo garante de los derechos y libertades ciudadanas, única y definitiva instancia nacional para la resolución de los conflictos jurídicos que se origen». Este modelo «puede perfectamente acoger y garantizar aquellos hechos diferenciales, que existen en nuestro país, de carácter lingüístico-cultural, foral e insular en sus propios y estrictos términos».

Además de la ineficiente estructura del Estado, se contempla, «con inmensa preocupación, que la clase política, siempre dejando al margen muy honrosas excepciones, se deteriora por momentos», asunto muy grave «en momentos como éste», en los que un país necesita «contar con dirigentes con autoridad y prestigio».

Una de las principales causas de la desafección reside en que los representantes públicos no deben sus cargos al ciudadano, sino al partido. Además, «la Transición española, en su afán de proteger a los partidos que entonces comenzaban su andadura, les otorgó un desmesurado poder del que ellos han hecho un uso abusivo y han utilizado para colonizar y dominar el conjunto del sistema».

El Foro propone la eliminación de subvenciones a partidos y sindicatos, y, sobre todo, un nuevo sistema lectoral, con 300 circunscripciones uninominales, a doble vuelta (como en Reino Unido, Francia o Estados Unidos), más una lista de 50 diputados elegidos por sistema proporcional en una circunscripción nacional única.

Estos cambios –concluye el Manifiesto– exigen «la reforma de nuestra Constitución», que debería contar «con el mayor apoyo posible», pero esa reforma «no debería quedar paralizada por la búsqueda obsesiva de un ilusorio consenso hoy muy improbable, dada la actual posición de las principales fuerzas nacionalistas».

El Foro de la Sociedad Civil se define como «una Asociación Independiente», conformada por personalidades «que han tomado la decisión de reflexionar y trabajar juntos para tratar de regenerar la vida democrática de nuestro país». Su presidente es el diplomático y ex ministro Ignacio Camuñas, y en la Junta directiva hay conocidos nombres, como Agustín Muñoz Grandes, Rafael Navarro Valls, Florentino Portero, Juan Velarde, Ana María Vidal Abarca.