600.000 fieles arropan a la Virgen del Rocío
Faltaban veinte minutos para las 9 de la mañana del domingo 5 de mayo, y más de 600.000 fieles –entre almonteños y turistas– sacaban a hombros a su Patrona, la Virgen del Rocío, entre palmas, carros de caballos, trajes folclóricos y una especial devoción, con motivo de la celebración del Año Jubilar –que finalizará el 8 de septiembre–. Empezaba así la procesión que, cada siete años, la Blanca Paloma protagoniza por las calles de su pueblo y que, en esta ocasión, duró cerca de 12 horas.
La tradicional procesión de la Virgen del Rocío por las calles de su pueblo data de 1607, año al que se refiere la primera salida documentada. Desde entonces, en medio centenar de ocasiones, María ha acudido a saludar a los vecinos almonteños. En un principio, con motivo de sequías, epidemias o acontecimientos, como su coronación canónica. La imagen apenas podía abrirse paso entre las calles, especialmente estrechas y abarrotadas de gente rezando que no quería dejar pasar la oportunidad de ver de cerca a la Madre de Dios. Según el alcalde de la localidad, don José Antonio Domínguez Iglesias, «el pueblo de Almonte ha estado a la altura de las circunstancias, y ha sido el pueblo que todo rociero ha querido ver y disfrutar».
La Virgen se despide así de Almonte, tras estar nueve meses en su parroquia. Volverá a salir en procesión, el próximo fin de semana, para retornar a la aldea de El Rocío –donde tendrá lugar, del 17 al 20 de mayo, la romería en torno a la festividad de Nuestra Señora del Rocío– y no volver a su pueblo hasta 2020.