Cuando sufre el planeta - Alfa y Omega

Cuando sufre el planeta

Manos Unidas advierte de que «nuestro desenfrenado consumismo» provoca un «maltrato al planeta» que «afecta en mayor medida a los pobres»

Alfa y Omega
Foto: REUTERS/P. Ravikumar

Hace unos meses, poco después de participar en el Sínodo de la Amazonía, el cardenal papú neoguineano John Ribat, MSC, contaba en estas páginas que conocía «una isla que se ha dividido en tres partes y han tenido que evacuar». Denunciaba así que en su región eran «víctimas del calentamiento global y del aumento del nivel del mar» y abogaba por reconocer a los refugiados climáticos, que no huyen por guerras o persecución, sino porque «están perdiendo sus casas» literalmente.

Mientras, lamentaba el purpurado, Occidente mira para otro lado. Quizá porque quien más sufre el maltrato del planeta, no eres tú, no somos nosotros, tal y como recuerda Manos Unidas. En el manifiesto de su nueva campaña, que arranca este domingo, 9 de febrero, advierte de que «nuestro desenfrenado consumismo» provoca un «maltrato al planeta» que «afecta en mayor medida a los pobres de la tierra». Entre los problemas diarios de estas personas, a las que Alfa y Omega pone rostro esta semana, aparecen el hambre, la escasez de agua, la contaminación, la pérdida de recursos fundamentales y el incremento de la pobreza… Según subraya la ONG de cooperación al desarrollo de la Iglesia católica, si no actuamos estos «impactos del cambio climático» seguirán aumentando y, para 2050, habrán provocado «el desplazamiento de más de 140 millones de personas de sus hogares».

Sin entrar en grandes debates científicos ni en discusiones sobre la ideología que subyace tras los planteamientos de parte del movimiento ecologista, los cristianos debemos escuchar el grito de estos hermanos y plantearnos si nuestro estilo de vida dificulta su día a día. Como pide el Papa Francisco en Laudato si, parémonos un segundo, miremos a nuestro alrededor y contemplemos maravillados la casa común, obra de un Dios Creador que nos ama y que la ha puesto a disposición de todos. «Si nos sentimos íntimamente unidos a todo lo que existe, la sobriedad y el cuidado brotarán de modo espontáneo», asevera el Sucesor de Pedro.

Cuando sufre el planeta, sufren nuestros hermanos más pequeños. Cuando sufren nuestros hermanos, deberíamos sufrir también nosotros.