Valdir José de Castro: «La Iglesia necesita el lenguaje de los medios» - Alfa y Omega

Valdir José de Castro: «La Iglesia necesita el lenguaje de los medios»

El superior general de los paulinos, que ha participado en el capítulo provincial de España, pide «religiosos con buena relación con Dios y con las personas»

Fran Otero
El superior general de la Sociedad de San Pablo posa en los jardines de la casa provincial del instituto, en Madrid
El superior general de la Sociedad de San Pablo posa en los jardines de la casa provincial del instituto, en Madrid. Foto: San Pablo.

Permítame empezar con una pregunta personal. ¿Por qué paulino?
Desde los 6 años quería ser sacerdote. Pretendía entrar en el seminario con 10, pero mi padre me dijo que no, que era muy pequeño. Él y mi madre, que eran personas muy involucradas en la comunidad, pensaban que si tenía vocación, esta seguiría más adelante. Y así fue: con casi 18 años entré en los paulinos. Y fue en este instituto porque asistí en mi parroquia a la ordenación sacerdotal de uno de sus miembros. Era un sacerdote muy comunicativo, que me presentó el carisma y me llevó a conocer a la comunidad de São Paulo. Al entrar en la imprenta y sentir el olor de los libros, me dije que era allí donde quería estar.

Ha estado, además, muy vinculado al mundo de la comunicación.
He estudiado Comunicación con habilitación en Periodismo y me doctoré con una tesis sobre Comunicación y Semiótica en la Universidad Católica de São Paulo. Más adelante, fui director de nuestra Facultad de Comunicación (FAPCOM) en São Paulo. Cuando estaba allí me pidieron ser general.

Ha estado en nuestro país para participar en el capítulo provincial. ¿Cómo es la situación de la Sociedad de San Pablo en España?
La provincia de España siente la dificultad vocacional, pero camina con esperanza buscando insistir en esa pastoral. También en el apostolado, por lo que es necesario renovar la mente para responder a las necesidades de su misión y llegar al pueblo. En este sentido, es necesario sumar los medios digitales a los tradicionales en los que trabajamos. Toda esa renovación debe realizarse a la luz del Evangelio.

Por tanto, son dos las prioridades: vocaciones y mundo digital.
A nivel vocacional debemos ser religiosos consagrados de relación, no aislados. Esto es, ser religiosos con buena relación con Dios y con las personas. Sobre la otra, tenemos una tradición larga en la imprenta y en medios tradicionales, pero hoy el reto es cómo transitar hacia el mundo digital sin crear una ruptura con los primeros.

¿Comunica bien la Iglesia?
Depende de cada lugar, pero veo que la Iglesia necesita aprender a comunicar, a utilizar el lenguaje de los medios. Tenemos que pensar en cómo adaptar el mensaje del Evangelio. Falta eso y también calidad. Don Alberione decía que los medios de la Iglesia debían estar a la altura del resto. Se están dando pasos en este campo, pero pienso que se deben mejorar para llegar mejor a la gente.

Cita a su fundador, don Alberione, que utilizaba todos los medios para evangelizar, ¿no?
Tenía una visión de futuro con los pies en el presente. Su objetivo era llegar a todos y, especialmente, a aquellos que no se acercaban a la Iglesia. «Si no van a la Iglesia, debemos ir nosotros a ellos», decía en 1914. Entonces utilizaba la imprenta, pero luego fueron la radio, la televisión y el cine. Por eso, insisto en que hay que mantener los medios tradicionales que funcionan y también entrar en los modernos.

Bio
  • 1961: Nace en Santa Bárbara de Oeste (Brasil), en la provincia de São Paulo
  • 1979: Entra en la Sociedad de San Pablo
  • 1997: Se convierte en maestro de novicios
  • 2006: Es nombrado superior provincial de Argentina, Chile y Perú
  • 2012: Pasa a ser superior provincial de Brasil
  • 2015: Es elegido superior general de la orden

¿No sería bueno estar presentes en plataformas como Netflix, Amazon Prime o HBO, precisamente, para llegar a los alejados?
Buscamos estar presentes, pero no podemos trabajar solos. Allí donde podamos, estaremos. También debemos tener muy claro cada público. Don Alberione es del tiempo de la comunicación de masas, de llegar a todos. Hoy, si quieres hablar con todos, no hablas con nadie. Entonces, tenemos que pensar a quién queremos llegar y desarrollar proyectos. Uno de ellos es, aquí en España, la literatura infantil.

¿Y qué diría san Pablo?
Si san Pablo viviese hoy sería periodista; estaría comunicándose con los medios y en red. Él ya trabajaba así, con una red de 20 personas. Se comunicaba con ellas, y el fruto eran las cartas. Decían que no tenía una comunicación buena, algo que él mismo reconocía, pero comunicar no es solo hablar bien o mucho, sino crear comunión.

Citaba la dificultad vocacional en España. ¿Cómo es la situación en el resto del mundo?
Estamos muy bien en países como Filipinas, India, algunos de América Latina, y en el continente africano, pero no son tantos lugares como en el pasado. En Europa nada; tenemos un novicio en Polonia y otro en Italia. La vida religiosa vive una crisis vocacional muy fuerte en Europa.

¿Algún diagnóstico?
Solo llevo seis años aquí, pero creo que la Iglesia debe cambiar su lenguaje. Con todos sus valores y riqueza, todavía tiene dificultades para hablar el lenguaje de la juventud. Falta una Iglesia que escuche a los jóvenes, que se acerque a ellos, que les dé espacio, que rejuvenezca con ellos poniendo como modelo a Cristo. A veces, hay miedo a los jóvenes.

El próximo mes de febrero habrá capítulo general. ¿En qué han avanzado estos años?
Hemos trabajado en áreas como la pastoral vocacional, la formación, la vida de comunidad o el apostolado, entre otros. Por ejemplo, hemos elaborado las líneas pedagógicas para todas las facultades y centros de comunicación, donde se establece cómo debe ser un instituto paulino. También se ha dado impulso a los centros bíblicos, porque la Biblia es el libro que más debemos difundir, pero no solo con el papel, sino con imágenes y vídeos.