Titulares de algunos periódicos, durante los días del puente de la Inmaculada, que no hacen más que darle la razón al Roto en lo que dice en la viñeta que ilustra este comentario: Cada miembro de la cúpula de UGT gasta 4.000 euros al año sólo en teléfono móvil; Ninguna sentencia convertirá a los asesinos en víctimas; Hemos logrado la derrota policial de ETA pero no la social; Héroe del pueblo por asesinar a un niño; Dos pueblos reciben como héroes a los etarras, con cohetes y campanas; Detenido Yurrebaso, uno de los etarras que negoció con el PSOE; a modo de salvoconducto mostró dos números de teléfono de mandos de Interior como prueba de que era uno de los negociadores de ETA; Mas quería montar el CNI catalán con la ayuda del Mossad; Sólo 2,6 de cada 100 nuevos empleos se consiguen a través del INEM (pregunta que a cualquiera se le ocurre de inmediato: ¿Merece la pena gastar algo en mantener el INEM?); El negocio de la cúpula de UGT: más de 10 años de media a sueldo del sindicato. Cuatro dirigentes, incluido Méndez, llevan entre 15 y 19 a la cabeza de la central estatal; «Tengo un título de un curso de 300 horas de UGT al que no asistí. Me dijeron: firma como si hubieses venido»; UGT ha recibido subvenciones del Estado por importe de 108,4 millones de euros desde 1994; Cataluña y Andalucía cerraron centros de salud para mantener 7 canales de televisión deficitarios; La Seguridad Social tira de los ahorros: el Gobierno saca otros 5.428 millones; la crisis se come en dos años el 20 % del Fondo de Reserva; El simposio del odio y de la vergüenza: «Cataluña contra España»; Financiación sindical, nuevas revelaciones: Ifes ocultó beneficios para echar con 20 días (¿No eran éstos los que protestaban en la calle contra eso?); Barcelona se rinde a la boda india de los Mittal: según algunas fuentes el coste total de la sobrina del magnate del acero podría rondar los 40 millones de euros…
¿Sigo?
Podría seguir hasta aburrirles a ustedes, pero a esto le llaman el Estado del bienestar que, naturalmente, se están cargando, hoy más que ayer pero menos que mañana. Y todo ello, en medio de un largo puente con el cinismo farisaico del homenaje a una Constitución que es pisoteada abiertamente cada día, desde que fue aprobada, y con una marea humana que desborda el centro de Madrid hasta el punto de tener que hacer que el Metro no pare durante 40 minutos en Sol. Y como decía un amigo mío, mucha gente, pero pocas bolsas. ¿Que hay quien quiere ver brotes verdes donde no hay ni brotes? Allá él, pero vuelvan a echarle un vistazo, por favor, a los entrecomillados y letras cursivas del primer párrafo de este comentario. Nos guste o no nos guste -y a mí no me gusta-, España es hoy un país de medio pelo, y ni Madrid es la ciudad limpia que era, ni el Metro de Madrid es ya uno de los mejores del mundo. Hay un refrán polaco, muy sabio como todos los refranes, que nos viene al pelo: «Si juegas con el gato, no te quejes luego cuando te arañe». Lo cierto es que aquí estamos llenos de arañazos por todas partes. Y también es cierto lo que acabo de leer en un simpático anuncio que han pintado en un escaparate del centro de Madrid: «La vida es como un restaurante del que no te vas sin pagar y en la que a veces pagan justos por pecadores». Sí, eso es lo malo, verdaderamente, y si no que se lo pregunten a las víctimas del terrorismo etarra. Por cierto, un titular más: El Gobierno comunica que no indemnizará a la etarra Inés del Río. Pues, si el tribunal de los Derechos Humanos de Estrasburgo, y de los grandes ex presos europeos, ordenó en su inicua sentencia indemnizar a la terrorista y el Gobierno no lo hace, ¿me quiere alguien explicar por qué el Gobierno no hace lo mismo con la excarcelación masiva de asesinos y violadores? Si en lo uno se puede, ¿por qué en lo otro no? La Vicesecretaria General del PSOE, Elena Valenciano, ha hablado, hace poco, de que el partido retrasa las Primarias porque «hay una cosa que se llama la Navidad, que cae como una losa sobre los calendarios de todo el mundo». ¿Por qué será que hay gentes a las que ver a los demás felices les pone tristes? Bastante desgracia tienen: a lo mejor quieren una Navidad laica, o mejor una No-Navidad, igual que quieren funerales no confesionales. ¿Pero cómo va a ser no confesional un funeral, señores gestores del pensamiento líquido?