El Papa Francisco cumplió, por vez primera como Pontífice, con la secular tradición de acercarse, el Día de la Inmaculada, al monumento que la Virgen tiene en la maravillosa plaza romana de España. Aprovechó para hacer una catequesis de las de su estilo: «Con gran alegría la Iglesia la contempla llena de Gracia y así la saludamos todos. Digamos todos, tres veces. A ver, todos: ¡Llena de Gracia, llena de Gracia, llena de Gracia! Dios fijó en Ella su mirada desde el primer instante en su designio de amor y la vio hermosa y llena de gracia. Es hermosa nuestra Madre, que nos sostiene en nuestro camino hacia la Navidad. El Señor viene, esperémoslo». En el saludo que el Papa ha hecho llegar, a través de su Nuncio en Madrid, a los organizadores de la gran Vigilia de la Inmaculada, nos anima a todos «a reafirmar el deseo de ordenar la vida emulando la disponibilidad de la que dijo: Hágase en mí según Tu palabra».