La voz de Scholas Occurrentes se escuchará en el G-20 - Alfa y Omega

La voz de Scholas Occurrentes se escuchará en el G-20

El documento final del III Encuentro Mundial de Jóvenes, organizado en Buenos Aires por Scholas Occurrentes y ORT Mundial, se entregará a las autoridades argentinas y estas, a su vez, lo harán llegar al G-20, cuyo próximo encuentro tendrá lugar a finales de noviembre en la capital del país

José Calderero de Aldecoa
Foto: EFE/María Paulina Rodríguez

A finales de noviembre Buenos Aires acogerá la cumbre del G-20, el principal foro internacional que aborda los grandes desafíos globales y busca generar políticas públicas que los resuelvan. En él se espera que se pueda escuchar la voz de los chicos de la fundación pontificia Scholas Occurrentes, que hasta el 1 de noviembre se reunieron en la capital argentina —donde precisamente nació hace dos décadas la iniciativa educativa impulsada por Bergoglio— en el III Encuentro Mundial de Jóvenes.

En el evento, celebrado bajo el lema Educar a los jóvenes en un mundo más humano y pacífico, viviendo la cultura del encuentro, participaron más de 500 jóvenes de hasta 15 países diferentes —entre ellos España—, quienes elaboraron un documento centrado en los problemas globales de la juventud y apuntaron algunas posibles soluciones.

El escrito, en el que los jóvenes hacen un llamamiento a renovar la educación, se entregará a las autoridades argentinas y estas, a su vez, lo harán llegar al G-20. Precisamente, una de las prioridades de la agenda del foro internacional para el 2018 es la necesidad de que «el sistema educativo» capacite «a las personas para la vida y el trabajo en el siglo XXI». En este sentido, es relevante la aportación de Scholas y ORT mundial —entidad coorganizadora del encuentro juvenil—, que buscan poner en práctica nuevas metodologías educativas a través del arte, el juego y el pensamiento para construir un mundo «mucho más unido, en paz, interrelacionado y tolerante».

«Dejarse reescribir por el otro»

El III Encuentro Mundial de Jóvenes fue clausurado con un vídeomensaje del Papa, quien dio las gracias a los asistentes «por dejar que la vida les cuente a cada paso un nuevo capítulo; por animarse a mezclar sus lenguajes, abrir sus historias sin renunciar a ellas, dejarse reescribir por el otro, por el diferente, por el desconocido, siendo siempre distintos y, a la vez, siendo siempre cada vez más ustedes mismos».

Sobre la propia identidad, «para que no se vuelva violenta, autoritaria o negadora de la diferencia», Francisco también pidió el «permanente encuentro con el otro», apeló al «diálogo» y resaltó la necesidad de conservar la «memoria de la propia pertenencia».

Para el Papa, el «peligro» se origina cuando «una identidad se olvida de sus raíces, (…) no se abre a la diferencia de la convivencia actual; ve al otro con miedo, lo ve como enemigo, y ahí comienza la guerra», que es «pequeña al principio, casi imperceptible, pero grande y terrible en su final».