La Iglesia en Francia y su preocupación por la familia, que «se empobrece cuando se aísla» - Alfa y Omega

La Iglesia en Francia y su preocupación por la familia, que «se empobrece cuando se aísla»

La subdirectora del Servicio Nacional de Familias de la Conferencia Episcopal Francesa, Oranne de Mautort, ha analizado en esta entrevista en su web el impacto que el confinamiento está produciendo en los hogares. «Estamos redescubriendo que es esencial apoyar nuestros vínculos, porque son fuertes y frágiles a la vez», reconoce

Redacción
Foto: AFP/Jean-Philippe Ksiazek

¿En Francia, muchas familias y personas frágiles y vulnerables se ven afectadas por la crisis sanitaria que estamos atravesando? ¿Cómo puede la Iglesia acompañarlas?
Estamos experimentando que las familias no son pequeños recintos separados de la sociedad. Necesitan el apoyo de administraciones públicas, maestros, médicos, Iglesias y muchas otras instituciones, cada una de acuerdo con sus posibilidades. También estamos experimentando que el pequeño núcleo familiar se empobrece y sufre cuando se aísla de la familia extendida: echamos de menos a abuelas, tíos, amigos…

Por otro lado, la crisis nos hace vivir de manera intensa que la familia es esencial. Esencial para un mundo donde nadie se sienta solo. Cuidarnos, apoyarnos y animarnos es el corazón de la familia. Estamos redescubriendo que es esencial apoyar estos vínculos, porque son fuertes y frágiles a la vez. Vivir en familia, incluso sin confinamiento, no se hace sin trabajo, y a veces es muy difícil o incluso imposible. La violencia doméstica y familiar parece estallar, ¿qué tragedias descubriremos después de todo esto?

Estar juntos constantemente nos desgasta, nos rozamos contra los demás todo el tiempo y eso puede doler. Lejos de cualquier discurso que idealice excesivamente el amor, el matrimonio y la familia, el cuidado pastoral de las familias ha de estar particularmente atento en estos días, que son difíciles de repetir. El idealismo se puede convertir con facilidad en una trampa.

El confinamiento para limitar la propagación del virus está alterando la vida familiar. No es fácil conciliar la escuela en casa, el teletrabajo, cuando todavía es posible, y la vida familiar. ¿Qué consejo puede dar a las familias?
No es fácil conciliar todo: aceptar no tener éxito, aceptar nuestros límites, nuestras debilidades. En este momento estamos aprendiendo en los hogares que rehacer la familia es un trabajo que requiere creatividad.

El asesoramiento para adultos y jóvenes abunda en las redes sociales: reducir la presión, establecer una rutina juntos, adoptar una comunicación no violenta, reservar tiempos y horarios personales y como pareja, hablar de cosas positivas, diciendo: «gracias, enhorabuena, por favor, perdón», compartir la Palabra de Dios…

De todos modos, quizá primero necesitemos un discurso humilde: cada uno hace lo mejor que pueden, da el pequeño paso de que es capaz, y eso es magnífico.

¿Tiene ejemplos de iniciativas en las diócesis particularmente interesantes?
Después del primer momento, las diócesis y los movimientos han sido creativos. Han pensado en parejas que se están preparando para el matrimonio y que tienen que posponerlo hasta más tarde, sin saber cuándo. Hay diócesis que han propuesto releer el capítulo 4 de Amoris laetitia y trabajar sobre la paciencia y el servicio. También se ha pensado en los ancianos aislados, y en parejas que quizá ya no se aman bien. Hay blogs que ofrecen consejos para cuidar el ambiente en el hogar y vídeos de parejas con experiencia previa en confinamiento. Se ha pensado también en los niños, cómo hablarles del coronavirus, o cómo recibir ayuda para sus clases. Hay quien ofrece escucha gratuita a cargo de consejeros matrimoniales y familiares para actuar contra la violencia doméstica.

Y se ha invitado a rezar a todas las familias, solteros, separados o divorciados, parejas en activo o jubiladas, viudos y viudas, parejas jóvenes con o sin hijos, familias con expectativa de hijos, familias numerosas, familias monoparentales, familias mixtas, familias dispersas, familias que están viviendo el luto…

¿Cómo ayudar en esta misión?
Hoy todos estamos en el mismo barco, somos frágiles y estamos preocupados. Pero también hay que pensar en el futuro, por lo que en primer lugar, hay que tratar de amar a nuestros seres queridos, tener compasión los unos por los otros. Si tenemos tiempo, ¿por qué no redescubrir Amoris laetitia del Papa Francisco? ¿Por qué no dedicar tiempo a la formación? Podemos entrenar la inteligencia de la fe para actuar como cristianos en un mundo complejo. Más específicamente, podemos aprender a escuchar, recibir formación en terapia de pareja, mediación familiar, comunicación no violenta, acompañamiento espiritual… Podemos también plantearnos acciones de proximidad y de cuidado de familias pobres, de aquellos que son diferentes, de las personas mayores aisladas… ¡Es un tiempo para la creatividad del amor!

Église Catholique en France / Redacción