«La esperanza es un don; transmitirla, una obligación» - Alfa y Omega

«La esperanza es un don; transmitirla, una obligación»

Es un tiempo difícil, «pero es nuestro tiempo». Y «nos urge el compromiso de promover, con nuevo impulso, la cultura de la familia», siendo «profetas de esperanza», decía monseñor Fidel Herráez, Consiliario Nacional de la ACdP, en la inauguración del Congreso

Ricardo Benjumea

Este Congreso ha sido el primer foro que recoge la petición de la Santa Sede de «un movimiento de comunión y de reflexión» en todo el mundo como preparación al Sínodo de 2015, del que saldrán las líneas de actuación para la pastoral familiar. Lo destacaba en la inauguración el Presidente de la ACdP y de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, Carlos Romero.

Ha sido un Congreso preparado en estrecha colaboración con Roma. Quedó reflejado en el hecho de que viniera a presentarlo el Presidente del Consejo Pontificio para la Familia, el arzobispo Vincenzo Paglia. En la inauguración, volvió a resaltar, el viernes, esta sintonía el nuncio del Papa en España, monseñor Renzo Fratini, que aludió a la urgencia de reflexionar sobre «cómo comunicar hoy de forma positiva la belleza del matrimonio, de manera que éste siga siendo atractivo». Es preciso, como les decía Benedicto XVI a los sacerdotes de Albano, enseñar a los jóvenes que la belleza del matrimonio radica precisamente en que es una opción para toda la vida. En toda relación matrimonial, se presentan crisis, que es necesario aprender a superar. La cruz -en ello insiste también Francisco, recordó el nuncio- siempre estará presente, pero esto hace que el amor de los esposos madure y se purifique.

Una triple mirada sobre la familia

Pocos temas podría haber hoy más oportunos para la reflexión y acción del católico en la vida pública, a juicio del obispo auxiliar de Madrid monseñor Fidel Herráez, Consiliario Nacional de la ACdP, que aludió al reto que supone «anunciar un mensaje que no tiene tiempo», el Evangelio, «en las coordenadas históricas de esta época concreta», con la misión de «iluminar la realidad de la familia», que afronta hoy «graves desafíos». Monseñor Herráez planteó una triple mirada: desde la fe, desde el compromiso y desde la esperanza.

El Sínodo -dijo en relación al primer punto- «ha puesto de manifiesto que esta profunda crisis de la familia va de la mano de una crisis de fe, que es exactamente la herida que hoy hay que curar». Ése es el mayor servicio que puede hacer la Iglesia a la familia, ya que «la fe ilumina las relaciones humanas», y como afirma el Papa en la encíclica Lumen fidei, «revela hasta qué punto pueden ser sólidos los vínculos humanos cuando Dios se hace presente en medio de ellos».

Son tiempos difíciles para la familia; «parece que nos encaminamos hacia una sociedad desfamiliarizada. Pero este tiempo es el nuestro, y es tiempo de compromiso en el marco de la nueva evangelización». Es necesario «acompañar a las familias en sus distintas situaciones, con audacia, con misericordia, con verdad, con paciencia y con sincera y activa caridad. Éste es el reto y la llamada a nuestro compromiso. Compromiso de la Iglesia con la familia: No es bueno que la familia esté sola. Compromiso de la familia cristiana con su identidad y misión en la Iglesia y en el mundo contemporáneo. Y compromiso de todos nosotros para anunciar la buena noticia de la familia en los distintos escenarios del momento». Sí, «nos urge el compromiso de promover con nuevo impulso la cultura de la familia, la cultura del amor como don y servicio a los demás en el matrimonio, en la familia y en todos los ámbitos de la vida humana. Sin nostalgias de pasados, sin temores de futuros y sin complejos de presente. Colaborando humildemente con el proyecto de Dios en esta hora de la Historia con la luz y la fuerza que vienen del Evangelio».

Y todo ello, teniendo especialmente presente que «el cristiano está llamado a ser profeta de esperanza». Porque «tener esperanza para nosotros es un regalo, y transmitirla es una obligación». La familia cristiana, «a pesar de sus dificultades y sus límites, es una buena noticia que tendría que interpelar con la palabra y con el testimonio a la sociedad de hoy con interrogantes irresistibles: ¿por qué son así? ¿Por qué viven de esta manera? ¿Quién les inspira?».