Gentes: Julia Merodio, escritora (en Análisis Digital)
Alguien estaba dispuesta a cobijar la antorcha para que apareciera la Luz. Alguien, llena de grandeza interior. Alguien, capaz de soportar lo indecible para que llegara a todos, el gran regalo del amor de Dios. Alguien que supo decir, desde la gratuidad más infinita: Que sea como Tú quieres, mi Señor, para que se realizase el milagro. Ese Alguien fue María. A tu lado, Madre, quiero aprender a ser pobre. Quiero aprender a esperar, a mirar más allá de las cosas, a levantar mis ojos a Dios, a tener tendidas mis manos y abierto el corazón.
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