Evangelizar para ser - Alfa y Omega

La primera evangelización comienza en Pentecostés. Desde entonces, la Iglesia nunca ha interrumpido el camino de la evangelización. Cada día se celebran la Eucaristía y los demás sacramentos, se predica la Palabra de Dios y se propone la caridad y la solidaridad como camino de la justicia. Son muchos los que, a lo largo de la Historia, han conocido y experimentado el amor de Dios como fruto de esta evangelización. Pero hoy en día muchos de nuestros contemporáneos no encuentran en esta evangelización permanente de la Iglesia la respuesta a sus preguntas y, en ocasiones, ni siquiera se las formulan. Por eso hablamos de nueva evangelización que, sin interrumpir la evangelización permanente, proponga nuevos caminos para que todos tengan acceso al Evangelio.

Cuando el Beato Juan Pablo II comienza a introducir el concepto de nueva evangelización, alaba el ardor de la predicación apostólica después de Pentecostés. La nueva evangelización pasa por reavivar en los apóstoles de hoy aquel impulso evangelizador de los orígenes de la Iglesia, para hacer nuestra, de modo renovado, la expresión paulina: «¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio!» Así, la nueva evangelización necesita de evangelizadores renovados, llenos del Espíritu de Dios, testigos auténticos del Evangelio.

Una consecuencia inexcusable de nuestra fe, y en especial en los momentos de crisis que estamos atravesando, es el testimonio de la caridad. El don de la fe nos mueve a trasformar el mundo en el que vivimos y anunciar que, incluso en los momentos de mayor oscuridad, el reino de Dios ya está aquí. La fe nos permite reconocer en el rostro del que sufre a Cristo mismo y actuar en consecuencia. Nuestra fe tiene que ser necesariamente fecunda. Así lo vivió, desde el principio, la comunidad cristiana, a la hora de comprometerse con las necesidades de los más pobres.

La solemnidad de Pentecostés nos invita a implorar el don del Espíritu en nuestra Iglesia, en la Acción Católica, en nuestros movimientos del Apostolado Seglar y en todos los bautizados. Debemos tomar plena conciencia de la urgencia evangelizadora ante la que nos encontramos y del papel de los laicos en la misma.

Obispos de la CEAS del Mensaje para el Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar