Entidades de Iglesia alertan de la «dramática» situación laboral en España
Las entidades promotoras de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente denuncian el «injusto marco laboral y social» que «desplaza y descarta a millones de personas del acceso a un trabajo digno» ante la celebración el próximo domingo 7 de octubre de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente
Las entidades promotoras de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) —integrada por Cáritas, Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Justicia y Paz, Juventud Estudiante Católica (JEC) y Juventud Obrera Cristiana (JOC)— han difundido un manifiesto en el que alertan de que en España la situación laboral sigue siendo «dramática» para millones de personas.
En el documento, publicado ante la celebración el próximo domingo 7 de octubre, de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, las entidades firmantes denuncian el «injusto marco laboral y social» que «desplaza y descarta a millones de personas del acceso a un trabajo digno».
Concretamente, advierten del liderazgo de España en problemas como la «pobreza laboral», el «insostenible desempleo», el significativo número de «hogares con todos sus miembros en paro» o la «normalización de la contratación temporal y precaria, por no hablar de la pérdida de la vida o la desprotección de quienes son descartados del trabajo».
Ante esta situación, la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente lanza tres propuestas que sirvan para avanzar en un modelo de trabajo decente:
—Configurar un sistema económico que conciba el trabajo como un bien para la vida, que ponga en el centro a las personas y al medio ambiente, y que fomente la conciliación con la vida familiar a través de unas relaciones laborales más justas, igualitarias, solidarias y sostenibles.
—Reclamar el compromiso de los poderes públicos con la construcción de un sistema económico y laboral más justo. Para ello, urge derogar las normas que precarizan la vida de las personas, favorecer el acuerdo mediante el diálogo social y asignar partidas presupuestarias de apoyo a la creación o la transformación de empresas que desarrollen estos criterios y generen prácticas laborales acordes con la dignidad de todos los trabajadores y trabajadoras.
—Dar visibilidad a aquellas empresas que en su actividad cotidiana están desarrollando estos criterios, para dejar patente que es posible funcionar de otra manera y para que reciban el apoyo de toda la sociedad. Estas experiencias son ejemplos reales de buenas prácticas que nos enseñan caminos de humanización acordes al proyecto que Dios tiene para todos.
El manifiesto concluye con una llamada de las entidades promotoras de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente a toda la comunidad cristiana «a denunciar la situación de desigualdad en el acceso al trabajo decente y la negación de dignidad que conlleva», y «a apoyar aquellas realidades laborales que favorecen el trato de dignidad y justicia que todas las personas merecen».