Dios, el mejor guía posible
Desde que la nieta del fundador de Hola se hace cargo de la revista en México, le llama la atención allí «la cantidad de personas famosas que nombran siempre a Dios», porque «confían sinceramente» en Él. Acaba de publicar su novela Agua del limonero, cuyos derechos de autor irán destinados a las madres con dificultades a las que atiende la Fundación Madrina
Agua del limonero (ed. Espasa Calpe) nos lleva literariamente a mediados del siglo pasado, desde el Acapulco de los años cincuenta al neoyorquino barrio de Manhattan de los sesenta y los setenta. La historia tiene mucho ritmo narrativo y está protagonizada por dos mujeres, la periodista Clara Cobián, encargada de escribir las memorias de Greta Bouvier, una gran dama de sociedad, quienes poco a poco, a pesar del abismo que las separa, irán encontrándose a medida que van poniendo verdad en sus vidas.
«Es una novela de personajes -explica la autora-, de personas. No es una novela de la desesperanza. Ninguno tenemos un objetivo trágico; al contrario, nuestra vida tiende hacia la búsqueda de la felicidad, y eso es lo que les pasa a los protagonistas de esta historia».
Mamen Sánchez compagina sus responsabilidades profesionales con la educación de sus cinco hijos. Es subdirectora de la revista Hola, además de dirigir la edición mexicana de esta publicación. Su familia le dice que está obsesionada con el país guadalupano. Y ella no lo niega: «No había estado nunca en México ni en Iberoamérica, hasta hace 7 años, y fue como sentir un amor nuevo, como volver a casa. Fue llegar a un sitio donde me sentía a gusto, donde la gente es acogedora y familiar. De México me apasionan los sabores, los olores, su manera de hablar con esa riqueza de vocabulario y con esas expresiones tan divertidas. Respecto a su filosofía de vida, creo que han sabido preservar más que en España la vida familiar».
Mamen lo tiene claro: «Lo primero es la familia». Lo dice con absoluta naturalidad, como si en los tiempos que corren esto fuera lo común. La misma naturalidad demuestra cuando termina de ordenar el salón para hacer la entrevista en su propia casa, o cuando paramos la grabación porque ha recibido una llamada del colegio: «Tengo una amiga que me dice que mi circo tiene muchas pistas. Para conciliar lo laboral y lo familiar me toca hacer equilibrismo. Tengo claro que la familia siempre va primero; además, intento rodearme de gente muy buena y muy válida. Creo que Dios me protege con gente estupenda alrededor. En casa, mi marido es fantástico. Sin él y sin la chica que me ayuda con la casa y los niños, no podría».
Nombran a Dios porque lo llevan dentro
La nieta del fundador de la revista Hola es una persona creyente, que encuentra en la fe valores esenciales: «Desde que he empezado a ocuparme de la edición de México, una cosa que me ha gustado mucho es la cantidad de personas famosas y del mundo del espectáculo que nombran siempre a Dios. No es que lo hagan forzadamente, es algo que llevan dentro; confían sinceramente en Dios y piensan que lo que les sucede en la vida es porque Dios les guía». Y por eso ella quiere para los suyos la mejor guía posible. «Tanto mi marido como yo tenemos la misma educación y la misma manera de ver la vida. Mis hijos van al colegio Nuestra Señora del Recuerdo, de los jesuitas, donde yo estudié COU. Los niños están creciendo en un ambiente donde todo lo que ven es coherente. No creo que sea cuestión de marcarles excesivamente las pautas, de forzarles, sino que, con naturalidad, van viendo cómo se entiende la vida en casa. Estoy encantada con el colegio. Respeta mucho la manera de ser de cada uno; veo que están muy volcados en abrirse a los demás, y esto me parece muy bueno. Del colegio sale gente muy comprometida con los demás».
Agua del limonero también quiere tener esta faceta de compromiso. A través de su amiga Mónica Fernández de Valderrama, del grupo de música Materia Prima, conoció la labor de apoyo a la maternidad de la Fundación Madrina y se reencontró con su Presidente, Conrado Giménez, a quién conoció en Lourdes, hace años. Decidió que los derechos de autor de esta novela irían destinados a este proyecto con el que Mamen tiene una total sintonía: «Es un proyecto precioso, que está fundado en el amor a la maternidad. Dan a las futuras mamás posibilidades económicas, afectivas… Y sobre todo evitan que se sientan solas. Hacen una labor fantástica. Les ofrecen a las chicas la posibilidad de vivir su embarazo en una familia que las acoge y anima, y con la que su situación deja de ser un problema para convertirse en una bendición».
Mamen Sánchez
Espasa Calpe