Cartas a la redacción - Alfa y Omega

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¡Gracias, don Carlos!

En nombre de la Hermandad del Cristo de los Afligidos del Cañamelar, en Valencia, damos la enhorabuena a Alfa y Omega por el extraordinario número dedicado a monseñor don Carlos Osoro, que desde el día 26 ya es el nuevo arzobispo de Madrid. Durante su estancia en Valencia, se ha granjeado las simpatías de todo el mundo; de ahí que lo que refleja ese número de su semanario (el número 900, del 23 de octubre) sea la pura verdad. En don Carlos nada es ficticio. Él se apoya en la oración, en la Eucaristía diaria y en el estudio. Nada improvisa y todo lo que hace es fruto de un amplia meditación interna. Madrid se lleva a un gran arzobispo, y en Valencia nos ha dejado ese Año Santo Eucarístico en honor al Santo Cáliz, que celebraremos, Dios mediante, a partir de octubre de 2015. Todo un honor y toda una responsabilidad que le agradecemos, y por lo que siempre estará en nuestros corazones y, sobre todo, en nuestras oraciones. Además, el hecho de que el Santo Cáliz siga figurando en su escudo nos llena de satisfacción y de orgullo. Una satisfacción y un orgullo que ahora debemos de saber exportar allá donde nos encontremos. Por todo ello, sólo nos resta transmitirle tres palabras: Gracias, don Carlos.

José Ángel Crespo
Hermandad Cristo de los Afligidos del Cañamelar
Valencia
(Carta enviada a través de nuestras redes sociales: Facebook/alfayomegasemanario)

La familia: al servicio del Señor…, y de monseñor Osoro

Somos una familia que nos unimos por medio del sacramento del Matrimonio hace 21 años. El Señor nos ha bendecido con tres hijos: Rodrigo, de 20 años, Armando, de 19, y el pequeño Alejandro, de 4 meses. Vivimos en Ciudad de los Ángeles, en el distrito madrileño de Villaverde, un barrio de familias trabajadoras y humildes que ahora se encuentra muy castigado por la crisis, y rara es la familia que no se ve azotada por el paro. Pertenecemos a la parroquia de San Mateo y es allí donde nosotros, los papás, prestamos nuestro servicio como voluntarios de Caritas, y mi hijo mayor como catequista. El día 25 de octubre seguíamos la ceremonia de toma de posesión del nuevo arzobispo de Madrid, desde 13TV, y cuando ya al final oímos decir a monseñor Osoro que esperaría hasta el último para saludar, nos pusimos rápidamente en marcha. Gracias a Dios llegamos a tiempo, nos saludó y bendijo a nuestro pequeño Alejandro (en la foto). Es importante aprovechar todas las oportunidades que se nos brindan para dar testimonio, como ir a apoyar y acoger al nuevo arzobispo, como guía, pastor y padre que seguro va a cuidar estupendamente de nosotros. Y que sienta el calor de sus feligreses también es reconfortante ante la nueva etapa que debe afrontar. En este momento, sentir que perteneces al pueblo de Dios, que eres miembro de su Iglesia, es un don, una gracia, un regalo. Estamos convencidos de que la crisis de la familia viene por la ausencia de Cristo en nuestros hogares, y el mejor método para evangelizar es vivir como verdaderos cristianos, tarea difícil en este tiempo pero igual que en otros. Para nosotros, una familia cristiana debe estar abierta a las necesidades de aquel que tiene al lado, acompañar y dar calor, tener esperanza en la adversidad. Un hogar cristiano es alegre y contagia su alegría porque nace del mismo Cristo, es la alegría de saberse amado por Cristo. La familia puede superar toda la adversidad en Cristo, Él da la fuerza, y cuando sigues adelante con alegría y esperanza, los demás se preguntan: ¿De dónde les nace su servicialidad, por qué están contentos, cómo tienen tiempo para todo…? Es entonces cuando podemos hablar y decir: Es Cristo quien me sostiene, me da fuerza y alegría.

Familia Astudillo-Olalla
Madrid

Jesús te espera siempre

Todos los días voy al sagrario para pedirle al Señor que no me abandone y que le sienta a mi lado, pues no me acostumbro a estar completamente sola. Y para pedirle que me aumente la fe, porque ¡¿qué haría sin ella?! Pienso que el Señor se alegra cuando me ve, pues a Él no le gusta (como a mí) la soledad. No comprendo que Dios nos quiera tanto, hasta el punto de dar su vida por nosotros; pero lo creo así, y todos los días le pido que aumente mi fe y que yo sepa transmitirla a los demás.

Quiero pedirte, Señor, que me quites los miedos y que, ahora que más te necesito y que sé que no me abandonarás, me des serenidad y paz interior; que sienta tu presencia a mi lado hasta el día, ya no muy lejano, en que me reúna Contigo, con mi marido y mi madre, para ya no separarnos nunca más. Dime qué quieres que haga estos últimos años. Quisiera no preocuparme tanto por mí, pensar en los demás y que esto que escribo hiciera algún bien a las personas que lo lean. No quiero presentarme ante Ti con las manos vacías. Jesús, confío en Ti.

Margarita Boned Sanesteban
Madrid

Alfa y Omega, parte de la familia

Muchísimas gracias a quienes hacéis Alfa y Omega por estos 20 años de labor continuada que ya habéis alcanzado. Yo aún recuerdo que hubo un día en que, junto al periódico ABC, aparecía un periódico más pequeñito de formato, pero luminoso en contenido y que desde ese momento me enganchó y no he dejado de leerlo semana tras semana. Ahora que lo pienso, es curioso que algo escrito en blanco y negro aporte tanta luz. Dice el Papa que hay que ser breve, así que, aunque escribiría mucho, lo resumo en dos palabras: Gracias, familia.

Maite B. Pérez
Majadahonda (Madrid)