El Papa escoge España para «rehacer el pacto educativo»
Alumnos de 21 escuelas públicas y concertadas se reúnen en Madrid convocados por el Papa Francisco para convertirse en protagonistas del cambio social
Al Papa le preocupa la situación de los jóvenes y de la educación en España. Lo ha dicho en numerosas ocasiones. Hace un año, en su viaje de regreso a Roma desde Israel, Francisco puso el nivel de paro juvenil, que alcanza «en España el 50 % y en Andalucía el 60 %», como ejemplo de la cultura de «la exclusión». Este es el motivo por el que el Pontífice ha elegido nuestro país para que acoja el primer encuentro de Scholas Occurrentes en Europa. El objetivo, según los organizadores, es «rehacer armónicamente el pacto educativo» y fomentar la cultura del encuentro.
«El Papa cree que hay que revitalizar la educación. Pero si hacemos más de lo mismo, cosecharemos los mismos fracasos. Por eso nosotros plantamos un olivo, y no soltamos una paloma. El olivo echa raíces», explica José María del Corral, director mundial de Scholas Occurrentes, aludiendo al logo de la plataforma educativa impulsada por Francisco que ostenta el rango de Fundación Pontificia. Que Madrid sea la primera sede no es casual, asegura. «Estoy convencido de que el Papa pensaba en España» al relanzar la iniciativa.
Del Corral visita estos días Madrid para la puesta en marcha en Europa de Scholas Ciudadanía, una de las ramas de la plataforma del Papa, que pretende fomentar el compromiso y la participación de los jóvenes en la solución de los problemas sociales que más les preocupan. Las conclusiones le serán presentadas a Francisco, que está siguiendo de cerca el encuentro.
Reunión en mitad del Sínodo
En pleno Sínodo de la Familia, entre sesión y sesión, Francisco se reunió en privado con monseñor Carlos Osoro y con el propio José María del Corral. El Papa le preguntó al arzobispo de Madrid si estaban preparados para acoger la primera iniciativa de Scholas Occurrentes en Europa. La respuesta de Osoro, según Del Corral, «fue clarísima: “No solo estamos preparados, sino que estamos convencidos del proyecto. Es algo que yo quería sacar adelante desde hace mucho tiempo”, contestó el prelado».
Tres meses después de aquella audiencia privada, cerca de 300 estudiantes de 21 colegios diferentes de Madrid, públicos y privados, se han encontrado, entre el 18 y el 22 de enero, en el colegio La Salle Sagrado Corazón para convertirse en protagonistas de su futuro y tratar de aportar ideas para solucionar los problemas que más les afectan.
El proyecto sorprende en España porque da protagonismo a los jóvenes, más que a los cambios legislativos en materia de educación, y porque rompe con la dualidad colegio público-colegio privado. «Esas son distinciones que hacen los adultos, que muchas veces tienen prejuicios sobre el tipo de educación que ha elegido el vecino o sobre las creencias del otro. A nosotros nos da igual a qué colegio pertenezca cada uno o si cree en Dios o no. Nos han convocado y nos hemos puesto a trabajar juntos para solucionar las dificultades que vivimos cada día y que nos afectan a todos», explica Alicia, ataviada con el uniforme del colegio diocesano San Eulogio. A su lado está Álex, que cursa 4º de la ESO en el instituto público Luis García Berlanga y que ha decidido enfundarse sus vaqueros negros y una camisa de cuadros. «No soy creyente pero siento que el Papa, con esta iniciativa, es el primero que se ha parado a escuchar mis problemas y que me está ofreciendo un espacio para que pueda contribuir a cambiarlos», asegura.
Votación por unanimidad
Ambas jóvenes se conocieron hace una semana, durante la primera sesión de Scholas Ciudadanía. Fue el martes 12 de enero. Aquel día tuvo lugar la primera sesión del encuentro en la que estaba programado que los alumnos respondieran a la pregunta «¿Qué problemática nos afecta?». Casi por unanimidad votaron por las «deficiencias del sistema educativo» y la «presión social», algo que no ha sorprendido a José María del Corral. «Fueron casi las mismas respuestas que dieron los jóvenes en Latinoamérica, en Estados Unidos y ahora lo vemos aquí, también en Europa», explica. Y «coincide –continúa Del Corral- con lo que acaba de decir el Papa en el cierre del Congreso Mundial de la Educación Católica, donde habló de la emergencia educativa mundial». Los estudiantes de España «han denunciado lo mismo y no porque hayan leído a Francisco, sino porque piensan lo mismo que él». Y «no es que el Santo Padre sea un superespecialista en educación, lo que pasa es que se ha preocupado por escuchar a los jóvenes y responder a las necesidades reales que tienen», asegura.
El mundo cambia por la educación
Para el director mundial de Scholas «no va a cambiar el mundo si no cambia la educación». Pero esto nunca va a suceder si «la política educativa depende del Gobierno de turno» porque cuatro años después llegarán otros e impondrán su ley de educación y así «los chicos nunca serán protagonistas de esas medidas». Para evitar esto, Del Corral aconseja a los responsables de la política educativa «tener la humildad que tuvo Francisco de bajar, escuchar y acompañar a los jóvenes en lo que estén haciendo. Entonces habrá educación estable». En este sentido, los jóvenes «no esperan al supercandidato» que desde el Gobierno solucione todo. «Ellos solo esperan que nosotros les demos un espacio para que puedan resolver sus problemas».
Según el director argentino, las medidas de cambio son urgentes. «El 35 % de la población escolar se ha medicado por ansiedad. Los jóvenes se están suicidando. Y cuando digo suicidando, no hablo metafóricamente. ¡Ojalá fuera metafórico!», asevera. «Hay que escuchar y entender a los jóvenes. No doparlos y medicarlos pensando que tienen un problema».
Turno de los jóvenes
Estos días se lleva a cabo la segunda fase del proyecto, la semana de inmersión. Desde el lunes, los escolares trabajaron juntos para aportar ideas que puedan solucionar los problemas detectados. Formularon hipótesis, se reunieron con expertos, salieron a la calle para conocer la opinión de la sociedad, elaboraron sus propuestas de cambio y mañana, en la Universidad Politécnica de Madrid, les presentarán sus conclusiones a las autoridades, acto al que están invitados representantes del Ayuntamiento de Madrid, de la Comunidad y del Gobierno central.
«Recién nombrado Bergoglio arzobispo de Buenos Aires, la ciudad vivía una crisis profunda», recuerda José María del Corral, doctor en Educación. «Se vivía una desintegración social absoluta», añade. Para atajarla, «se realizaron muchas reformas educativas. Primero una ley. Luego, la contraria. Después crearon un curso. Luego le cambiaron el nombre al mismo curso. Posteriormente se fijaron en los contenidos de un tipo, luego en los de otro tipo. Te podría nombrar miles leyes que cambiaron», asegura José María a Alfa y Omega. En esta situación, «Bergoglio me pidió que fuera a trabajar con los jóvenes, que les escuchara», recuerda. «Y ellos me dijeron: “Estos cambios no tienen nada que ver con nosotros. Cambia la ley y seguimos con los mismos problemas. Si nosotros somos los destinatarios, por favor, escúchennos. Nosotros queremos más y mejor educación, y no sirve de nada que cambien de nombre las cosas que funcionan mal”». José María empezó trabajando con 70 chicos y ahora ya son más de 7.000 y representa el mayor proyecto educativo del país. Se convirtió también en el germen de lo que hoy es Scholas Occurrentes, que aglutina 400.000 escuelas de todo el mundo.
Tengo inmensa confianza en la riqueza que la experiencia de Scholas Ciudadanía está suponiendo, ya, para las chicas y chicos que participan en ella. Estoy deseando escuchar sus reflexiones. Sí, soy impaciente. Espero la frescura y la novedad de sus propuestas. Creo que nos va a dar luz. Ellos, que son los verdaderos protagonistas de la educación, nos van a indicar, seguro, aspectos que requieren mejoras, cambios imprescindibles, caminos nuevos para recorrer juntos… Ellos, que habitualmente son los evaluados, se convierten por unos días en evaluadores. ¡Genial! Y, como la finalidad de toda evaluación es la superación, habremos de ponernos las pilas —alumnos, docentes, Administración educativa, sociedad civil…— y empeñarnos en la tarea.
Que un grupo de chavales de 15-17 años se pregunten por las deficiencias del sistema educativo ya nos está diciendo que su formación no les es indiferente y que ven desajustes que reclaman atención.
Si me preguntaran qué hace falta en la educación, hoy, yo señalaría:
- Una propuesta original, centrada en nuestros niños y niñas, en nuestros adolescentes y jóvenes, en su presente, en su potencial. Proyectos que parten de ellos y se dirigen a ellos; ilusionantes, en los que se sientan implicados porque los hacen cómplices de su formación y los llevan siempre más allá de ellos mismos.
- Vocación docente.
- Reconocimiento, valoración y respeto por la tarea y la palabra de los educadores y educadoras.
- Un pacto educativo que dé continuidad a un proyecto de todos y para todos.
Ellos tienen la palabra. Escuchemos.
Inmaculada Florido
Delegada de Enseñanza del Arzobispado de Madrid