Todos fuimos embriones - Alfa y Omega

Todos fuimos embriones

Después de las dos anteriores iniciativas de la Conferencia Episcopal Española, sobre la eutanasia, y sobre el matrimonio, ha sido presentada la tercera campaña de la Iglesia en España sobre asuntos que atañen a la defensa de la vida. En esta ocasión tiene como lema Todos fuimos embriones, y ya se está llevando a cabo en las distintas diócesis españolas

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo

La nueva campaña impulsada por la Conferencia Episcopal Española está orientada a difundir a toda la sociedad la visión de la Iglesia sobre la defensa de la vida humana, especialmente desde sus inicios. Por ello, lleva por lema Todos fuimos embriones, apoyado por la frase La vida humana: don precioso de Dios, es sagrada e inviolable. Los materiales de esta campaña fueron distribuidos en las diócesis españolas en torno al 4 de abril, fecha en la que este año, excepcionalmente, se ha celebrado la fiesta de la Anunciación del Señor –debido a que el 25 de marzo era Viernes Santo–. Según el Secretario General de la Conferencia Episcopal Española, esta iniciativa va dirigida «a toda la sociedad y a los católicos, para ayudarles a fortalecer su fe y vivir de acuerdo con ella». El propósito de esta campaña, según el padre Martínez Camino, «es anunciar el Evangelio de la vida, recordar a los católicos, y a toda la sociedad, que la vida humana es un bien absoluto en relación a Dios. La vida humana es una realidad con vocación imperecedera de amor eterno; tiene vocación de eternidad, vocación divina. Aquí radica la concepción de la vida humana como algo incomparable. Queremos hacer este anuncio centrándolo en el ámbito de los inicios de la vida humana, sometida últimamente a tantas amenazas. La noticia de que toda vida humana merece absoluto respeto hay que proclamarla especialmente en aquellos momentos en que es más débil, defendiendo a aquellos que, por su debilidad, se encuentran más amenazados. La vida humana no está a disposición de nadie, no se puede restringir. Es un don del Creador, y está en sus manos. Es un bien incondicional».

«Allí donde hay un ser humano –prosigue el Secretario General del episcopado–, hay un derecho inviolable a la vida, aunque tenga sólo unas horas de existencia. Donde hay un cuerpo humano, hay una dignidad humana inviolable. Una sociedad que no quiera poner en duda sus fundamentos éticos debe tener un respeto absoluto hacia toda vida humana».

El desplegable de la nueva campaña en favor de toda vida humana.

Investigación con embriones

El padre Martínez Camino también se refirió a la investigación con células extraídas de la disección de embriones: «Hay un debate público sobre los supuestos beneficios de la investigación con células madre embrionarias. La Iglesia saluda y se alegra con los avances de la ciencia, pero no se puede experimentar sobre seres humanos cuando esta acción acarrea su muerte. No se puede eliminar a un ser humano para beneficiar a otro. Sobre una ciencia que no respeta los derechos humanos, no se puede construir una Medicina humanista ni un futuro que garantice la libertad de las personas». Ante los miles de embriones almacenados en los laboratorios de todo el mundo, afirmó que, «primero, hay que preguntarse por qué hay ese número de seres humanos sobrantes. ¿Cómo ha podido ocurrir eso? No se debe tener seres humanos congelados a –200º C. El problema está en la raíz. Las leyes actuales sobre este tema son injustas, porque toleran la conculcación sistemática de los derechos de los seres humanos. Suponen un abuso de poder. ¿Qué hacer con ellos? No podemos matarlos, aunque se encuentren en una situación violenta, y tampoco se les puede convertir en cobayas. Hay que buscar otras soluciones, aunque ninguna va a ser absolutamente satisfactoria. En cuanto a la llamada adopción prenatal, no hay una doctrina oficial de la Iglesia, pero hay problemas éticos objetivos: ¿es ética la paternidad y la maternidad fuera de las relaciones de los cónyuges? Ante la pregunta sobre qué hacer con los embriones, si lo que hay es verdadero interés y preocupación por ellos, lo que hay que hacer es no congelar más».