«Hola Francisco: Tengo 9 años y vivo con mi padre y mis abuelos porque cuando tenía 3 meses mi madre se fue al cielo donde está con Jesús. Quiero mucho a mi mamá, y rezo por ella todos los días. Tengo una foto tuya en mi habitación. Mi abuelo y yo siempre hemos tenido el deseo de conocerte, pero su casa está muy lejos de la mía. Aunque no puedo ir a verte, escribo esta carta para pedirte que ores por mí, por mi bisabuelo, que está también en el cielo, y por mi mamá. Un beso, Jorge».
Jorge es uno de los muchos niños que cada día escriben al Papa para contarle sus ilusiones e inquietudes. La periodista Alessandra Buzzeti ha recogido en un libro cientos de esas cartas. «La editorial Galluci me pidió que escribiera un libro para niños sobre el Papa y pensé, ¿por qué no mejor que lo escriban ellos mismos?» Y así es como nació Pequeñas Cartas al Papa Francisco (Letterine a Papa Francesco), de momento solo disponible en italiano.
Los beneficios de este libro irán destinados a la Fundación del Dispensario pediátrico de Santa Marta en el Vaticano que atiende a familias y niños con dificultades. Para la periodista ha sido toda una aventura descubrir en las cartas «la pureza y la falta de hipocresía» que tienen los niños para hacer preguntas y contar sus problemas. «Realmente te hacen reír y llorar y aprendes a tener la mente abierta para no juzgar», cuenta.
«Esperamos tu bendición»
Lorenzo de San Miguel, que vive en Argentina, es otro de los niños que han escrito al Papa: «Querido Papa Francisco: Ojalá puedas recibir mi carta. Quería contarte que desde que te eligieron como Papa estoy feliz y tengo en mi habitación un póster gigante con tu imagen. También estoy muy contento porque el día 8 de diciembre mis compañeros y yo vamos a tomar la Primera Comunión. Esperamos que nos mandes tu bendición por este día tan importante. Quería pedirte que por favor cuides a mi familia y a todas las familias que están pasando por un triste momento que todavía no conocen a Jesús».
«Me encanta ser monaguillo»
Desde Alemania, una niña, Ruth, le cuenta al Papa su experiencia como monaguillo. «Querido Papa Francisco, mi nombre es Ruth, tengo 14 años, vivo en Alemania, porque mi padre es alemán y luterano y mi madre española y católica. Yo soy católica. Hice mi Primera Comunión en mi parroquia donde mi madre era mi catequista. Entonces me convertí en monaguillo, y lo hago desde hace cinco años. Me encanta porque es mi manera de servir a la Iglesia. Mi mejor experiencia fue cuando fui monaguillo en el Corpus Christi con el cardenal de Berlín y cuando asistí a la Misa con el Papa Benedicto XVI en el Estadio Olympia. El sueño de mi vida es ser monaguillo en el altar del Papa. Sé que es muy difícil, pero es mi sueño número uno. El segundo es ver a Rafa Nadal en un partido de tenis (me encanta jugar al tenis). Muchas gracias, Papa. Un saludo».
Regalo para el Papa
Además de todas las emociones que ha vivido la periodista haciendo el libro cuenta que otro regalo fue «la oportunidad de entregar personalmente una copia al Papa: su atención y amabilidad son realmente sorprendentes. Cuando estuvo con nosotros parecía que no tenía prisa a pesar de todos sus compromisos».
Todos los niños que quieran escribir al Papa pueden hacerlo a la dirección: Residencia Santa Marta, 00120 Ciudad del Vaticano (Italia).
También desde un campo de refugiados en Erbil (Irak), le envían cartas los niños al Papa contándoles su situación: «Te amamos, Santo Padre, y pedimos que el Señor te dé salud y fuerza. Le pedimos que nos ayude a volver a nuestros hogares y vivir en paz. Ruega por nosotros para que podamos llevar nuestra difícil situación. Una cosa más, por favor: ven a visitarnos en Qaraqosh. Te doy las gracias por todo lo que haces por nosotros», escribe Yoshif.
Desde Pakistán, le escribe Francisco Aziz, un niño musulmán que pide perdón por los crímenes que cometen los terroristas en nombre de su religión: «Ellos no saben lo que es el islam. El islam no es esto. Islam es una religión pacífica, como el cristianismo y todas las demás. Yo soy musulmán, pero estudié en una escuela cristiana. Mis amigos y mis profesores son buenos y amables conmigo. Por favor perdóname a mí y a Pakistán».