Querido Benedicto... - Alfa y Omega

Querido Benedicto...

María Martínez López

Al día siguiente de ser elegido el Papa Francisco, salió en los medios la foto que veis en esta página: unas niñas se acercan, en Argentina, a la hermana del Papa, María Elena, para darle unas cartas para él. Los niños quieren escribir al Papa, igual que muchos lo hicieron con Benedicto XVI. Por ejemplo, cuando éste anunció su renuncia, las alumnas del colegio Aldeafuente, de Madrid, le mandaron un libro con fotos y con una carta de cada clase.

Aunque les da pena, le entienden. Las alumnas de 1º de ESO le escriben: «Después de toda su vida entregada a Dios, a la Iglesia y a todos los hombres, sobre todo estos últimos ocho años, como guía de todos los católicos, ¡se merece un buen descanso! Entendemos muy bien su decisión, porque no nos imaginamos a nuestros abuelos con su edad, viajando por todo el mundo sin parar y con tanto trabajo y responsabilidad». Las de 5º de Primaria le desean «que en el convento encuentre el descanso que necesita, y que ahí te encuentres mejor, aunque te vamos a echar muchísimo de menos».

Todas tienen algo que contarle. Las de 3º de Primaria y 4º de ESO, cómo se están preparando, respectivamente, para la Primera Comunión y la Confirmación. Y tienen claro todo lo que han aprendido de él. «Sabemos esos momentos tan difíciles por los que ha tenido que pasar –le escriben las de 1º de ESO–, pero que, al final, los ha superado gracias a la fe». Y las de 2º de Primaria le dicen que «estamos intentando ser mejores niñas para estar cerca de Jesús como usted hace». También las de 3º le prometen que, «cuando nos cueste algo, nos acordaremos del gran ejemplo que nos has dado, de entrega y servicio a la Iglesia».

Y las más pequeñas tienen muchas ideas para ayudarle. «Si estuviera con nosotras, podría jugar a la comba y así se animaría. En la clase tenemos chuches, si quiere se las podemos mandar», le dicen las de 1º; y también que «hemos plantado unas lentejas y están creciendo poquito a poquito. Ojalá vinieses a Aldeafuente y así te enseñamos nuestra clase y nuestros trabajos». Pero saben cuál es la mejor forma de ayudarle: «Rezaremos por usted y ofreceremos lo que nos cuesta por usted, y por la Iglesia y su sucesor», se comprometen las de 4º.

«Has sido un ejemplo»

«Con esta carta queríamos demostrarle nuestro apoyo y cariño en estos días quizá un poco difíciles… Y por supuesto darle las gracias por todo lo que ha hecho todos estos años por la Iglesia y por cada una de nosotras. Desde el mismo momento en que nos enteramos [de su renuncia], hemos rezado y ofrecido muchos pequeños sacrificios por usted, como estar calladas en clase, comernos el pescado, hemos ido a visitar más veces a Jesús en el oratorio del colegio para rezar por el Papa. Nos han ayudado estos años muchas cosas, pero especialmente la JMJ, a crecer y aumentar nuestra fe. Ha sido un ejemplo de fortaleza y valentía para nosotras. En muchos momentos, cuando estamos cansadas pensamos en usted y volvemos a luchar. Somos conscientes de todo lo que ha hecho por ayudar a la Iglesia; especialmente, a pesar del peligro que suponía, ha realizado viajes a países donde los cristianos están perseguidos. Nos gustaría que rece por nosotras para que seamos como usted y sigamos sus pasos de fortaleza y valentía para ser buenas cristianas. Usted ha sido el primer Papa que hemos conocido con uso de razón, por eso le queremos especialmente» (clase de 6º A).

«Rezad por mí»

Es muy bonito escribir una carta al Papa, pero nos alegra ver que las niñas del colegio Aldeafuente saben que la mejor forma para estar cerca del Papa es rezar por él. El Papa Francisco ha estado insistiendo mucho en ello durante sus primeras semanas como Papa. Al salir al balcón de San Pedro a saludar, después de rezar todos por Benedicto XVI, hizo que rezaran por él, y se lo ha ido repitiendo a muchas personas desde entonces. También a los niños, como los que saludó su primer domingo como Papa, cuando fue a la parroquia del Vaticano a celebrar Misa y pidió en broma a un niño que rezara por él, «pero a favor, ¿eh? No en contra».