La ciudad de Río de Janeiro, en Brasil, está inmersa en los preparativos de la Jornada Mundial de la Juventud, que tendrá lugar en verano. Esta JMJ tendrá a varios brasileños como Patronos e intercesores, pero la ciudad de Río de Janeiro todavía no tiene ningún santo que haya nacido en ella. De hecho, la primera podría ser una niña cuyo proceso de canonización ha sido abierto hace poco. Se llamaba Odette Vidal de Oliveira, y murió de meningitis, en 1939, cuando tenía sólo nueve años.
La familia de Odettinha, como la llamaban cariñosamente, tenía bastante dinero, y en su casa trabajaban criadas, cocineras, chóferes… Pero Odette no era egoísta, sino que tenía mucha compasión por los más pobres. Pedía a los sirvientes que les dieran comida y dinero cuando se acercaban a la casa a pedir, y hasta convenció a su madre para que la acompañara a llevar regalos a los orfanatos y para que, cada sábado, cocinara frijolada –el plato típico de Brasil–, que ella servía a los pobres. Además, le gustaba comer en la mesa de las cocineras y dejaba a las hijas de las criadas dormir en su cama.
Como a casi todas las niñas, le gustaba mucho el famoso Carnaval de Río y hasta hacía algunas travesuras. Su mejor amiga en el colegio, María Cristina, ahora tiene 82 años y recuerda que «tenía una vida común, pero un corazón extraordinario». Lo que hacía que fuera así era su amor a Jesús: desde los cuatro años, hablaba íntimamente con Él en la oración, y quería hacer la Primera Comunión. Al recibir a Jesús por primera vez a los siete años, le dijo: «¡Oh Jesús, ven ahora a mi corazón!». También rezaba mucho a la Virgen, tenía mucho cariño a san José, y le daba pena que muchos cristianos casi no se acordasen de él. Cuando se puso enferma, ofreció todo su sufrimiento a Jesús por las misiones y los niños pobres. Después de morir ella, sus padres continuaron su labor caritativa.
En Rio de Janeiro, mucha gente está convencida de que Odette les ha ayudado a conseguir favores especiales de Dios, y siempre hay gente visitando su tumba para pedirle cosas y para darle las gracias. Durante el proceso que ha empezado ahora, se van a estudiar algunos de estos casos para comprobar si realmente fueron milagros.