Obras completas de J. Ratzinger, vol. XI: En la liturgia se decide el futuro de la Iglesia
La teología de Joseph Ratzinger tiene un enfoque fundamental, es decir, trata de explicar, desde la fe, por qué es razonable creer. «En este marco de la teología fundamental, se plantea también la siguiente pregunta: ¿cómo vale para mí hoy, aquí, la comunicación salvadora de Dios en Jesucristo? O, desde el otro lado: ¿cómo puedo yo, y puede nuestra generación, acceder a una comunión con Dios que sea verdadera, no un mero y vano intento de nuestras capacidades o deseos?». Escribe monseñor Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid y secretario general de la Conferencia Episcopal Española
El lunes pasado, fue presentado en la Biblioteca Nacional el primer volumen de las Obras completas de Joseph Ratzinger en español. Benedicto XVI ha querido que sus escritos sobre la liturgia sean los primeros en ver la luz, aunque este volumen que los recoge no sea el primero, sino el undécimo, en el orden sistemático de la gran colección de dieciséis volúmenes que ha comenzado a publicar la BAC.
Antes de sentarse en la cátedra de Pedro, el Papa teólogo tenía una imponente obra escrita. Es la que recogen las Obras completas bajo su nombre de pila, como él mismo ha querido. En el conjunto de esa obra, la liturgia no ocupa mucho espacio. J. Ratzinger había escrito bastante más, por ejemplo, sobre la Revelación, sobre eclesiología o sobre el Concilio. Sin embargo, la liturgia ocupa un lugar central en el pensamiento teológico de Ratzinger, como el Papa mismo ha querido poner de relieve pidiendo que la publicación de sus Obras completas comience por la teología de la liturgia. ¿Por qué?
La teología de J. Ratzinger tiene un enfoque fundamental. Por teología fundamental se entiende aquella parte de la ciencia teológica que trata de explicar, desde la fe, por qué es razonable creer. A esta parte de la teología pertenece el tratado acerca de la Revelación y de sus fuentes y sus cauces. Se trata de explicar cómo el ser humano es capaz de conocer y amar a Dios, porque el Eterno ha querido comunicarse en el tiempo a su criatura finita, dotada por Él de un destino eterno. La clave de la comunicación divina, capaz de salvar al ser humano y a la creación entera, se halla en el misterio del Verbo hecho carne. En Él se encuentra la respuesta a la pregunta por el sentido del ser y de la existencia: la nada ha sido vencida por el poder creador, por el Amor verdaderamente infinito, que es Dios. En Él se halla también la salida de la cárcel del odio, creada por el pecado, ya que, por su sangre –vale decir: por la locura de su misericordia– a la vieja creación, herida y encorvada sobre sí misma, se le han abierto de nuevo los horizontes de la gloria.
En este marco de la teología fundamental, se plantea también la siguiente pregunta: y ¿cómo vale para mí hoy aquí la comunicación salvadora de Dios en Jesucristo? O, desde el otro lado: ¿cómo puedo yo, y puede nuestra generación, acceder a una comunión con Dios que sea verdadera, no un mero y vano intento de nuestras capacidades o deseos?
Liturgia: obra de Dios para unirnos a Él
La respuesta es clara para Ratzinger: por la liturgia. Porque la sagrada liturgia es precisamente obra de Dios para unirnos a Él. La liturgia, no cabe duda, es celebrada por la comunidad de la Iglesia, presidida por el ministro. Pero no es propiamente obra de la Iglesia, sino la actualización de la obra salvadora de Cristo, gracias a la fuerza del Espíritu, que actúa en la Iglesia. En la liturgia es Dios mismo quien nos hace suyos y nos llena de su luz y de su amor. Naturalmente, la liturgia eucarística constituye el corazón de todo el culto y la fuente y el culmen de la vida de los cristianos en el mundo.
Leyendo los escritos de Ratzinger recogidos en este volumen de sus Obras completas, entenderemos todo esto mucho mejor. Entenderemos que la sagrada liturgia es un anticipo de la gloria divina. Comprenderemos que es una pena que la rebajemos a mera función al servicio de cualquier otra cosa que no sea la alabanza de Dios. Con esto no ganará la catequesis ni la evangelización. Por el contrario, la liturgia cuidada, bien celebrada, será por sí misma la mejor catequesis y la mejor evangelización. Precisamente en medio de una cultura alejada de Dios, el trato que le demos a la liturgia decidirá el destino de la fe y de la Iglesia. Porque la liturgia hace de la Iglesia el lugar del encuentro salvador con Dios.
Joseph Ratzinger
BAC
2012
592
49,32 €
