Nuestra fuerza para el cambio
Incluir e integrar desde la fraternidad dista mucho de lo que significan estas palabras desde la perspectiva del mercado. ¿De qué tipo de inclusión e integración para la mujer están hablando los feminismos hoy?
Para que todas estemos incluidas en un proyecto socioeconómico en el que se respete nuestra dignidad, debemos partir desde abajo, desde donde se encuentran hoy millones de mujeres a nivel mundial.
En 2016, Ekta Parishad organizó el primer Encuentro Internacional de Mujeres sobre Noviolencia y Paz en la India, dentro de la campaña mundial Jai Jagat 2020. Ekta Parishad es un movimiento que agrupa a miles de asociaciones de base que luchan por sus derechos.
Este encuentro reunió a mujeres de decenas de países del mundo con militantes indias que luchan por la paz y la justicia. El congreso tuvo tres rasgos principales: que se convocó a mujeres de todos los sectores (psicólogas, profesoras, sin formación académica, diputadas…); que aportamos nuestra experiencia personal y asociada de lucha noviolenta, y que el protagonismo estaba centrado en las mujeres pobres de la India y sus iniciativas autogestionarias para salir de la explotación.
Una mujer de una cooperativa de miel contó: «Trabajamos, aprendemos y ganamos nuestro sustento juntas, nos ayudamos económica y políticamente… Nos importa también lo que les ocurre a otras mujeres. De hecho, separamos siempre un poco de miel para ayudar a otras a que puedan lanzar sus propias iniciativas… No esperamos a que vengan otros a resolvernos los problemas, los resolvemos nosotras mismas».
Compartió también su historia una joven de 19 años: «Vengo de una familia pobre. Quería estudiar pero tenía que trabajar… No me dejaban ir a la escuela… Luego me casaron… pero finalmente, lo conseguí. Ahora que completé mi educación y soy militante, voy a las villas a hablarles a otras mujeres».
Además de poder aprender de sus experiencias, dialogamos sobre la liberación y promoción de la mujer a través de la acción noviolenta, la restauración y la reconciliación. La fuerza espiritual de estas mujeres, la enseñanza a través de su trabajo diario de resolución de conflictos y su vida sacrificada fueron una lección de feminismo.
Desde entonces, otros dos encuentros similares se han celebrado en otros países.
Este feminismo refleja la lucha por la dignidad de las mujeres desde nuestra propia esencia femenina y sensibilidad, cuya aportación al mundo es indispensable. Este movimiento utiliza la capacidad que la mujer tiene para resolver conflictos en el día a día y a través de la asociación la traslada a la comunidad. No cae en la diferencia de géneros, sino que le da a cada persona la importancia individual que tiene en el cambio social.
Es fundamental la unión de nuestras capacidades, sin renunciar a aquello que se considera debilidad en la mujer, porque esa es esencialmente nuestra fuerza para el cambio. Esta fuerza es la que debemos llevar a la política para transformar las relaciones sociales y económicas basadas en la explotación y subordinación.
El feminismo internacionalista debe entender qué proyecto revolucionario necesita al mundo hoy. Llevar a la práctica la liberación de las cadenas que nos impone el Estado, el mercado capitalista y los roles sociales no corresponde precisamente a una nueva ola del feminismo sino a una corriente que nos recuerde sus raíces.
Corina Fuks
Militante del SAIn en la Plataforma Jai Jagat España