Los 5 desafíos que afronta el Papa Francisco en el año 2014 - Alfa y Omega

Los 5 desafíos que afronta el Papa Francisco en el año 2014

El Papa afronta la reforma de la Curia Romana, el sínodo mundial sobre la familia, la canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII, así como el viaje a Tierra Santa. Ahora bien, la labor por la que está pasando a la historia es más profunda aún: ser motivo de cercanía a Dios para las personas. Escribe Jesús Colina en Aleteia

Jesús Colina. Roma

Pasados los primeros meses de la sorpresa de su elección, el Papa Francisco se prepara para afrontar el año 2014, sin duda uno de los más decisivos y difíciles de su pontificado. Presentamos los cinco desafíos más importantes que esperan al Papa en estos próximos doce meses. Usted puede indicar al final del artículo si está de acuerdo o si faltan algunos retos importantes por destacar.

Reforma de la Curia Romana

La reforma de los organismos de la Santa Sede y de la Ciudad del Vaticano, que asisten al Papa en el ejercicio de su ministerio como sucesor del apóstol Pedro, es sin duda el desafío que más expectativas ha suscitado.

Como él mismo confesó a los periodistas de regreso de su viaje a Brasil, el Papa ha dado prioridad temporal a las reformas administrativas y económicas de la Curia Romana, a causa de los objetivos problemas que se presentaron ya antes de su elección.

En particular, se esperan pasos decisivos en la reforma del así llamado Banco del Vaticano, por parte de la Comisión Pontificia para el Instituto para las Obras de Religión (IOR), auténtico nombre de esta institución.

Por otra parte, comenzarán a verse también los frutos la Comisión Pontificia sobre la Organización de la Estructura Económica y Administrativa de la Santa Sede, compuesta por siete expertos en administración y financias de prestigio internacional, asistidos por un sacerdote.

Las personas cercanas a Francisco nos han confirmado que está dedicando mucho tiempo y energías para asegurarse que la Santa Sede cuenta con una organización económica trasparente.

Los resultados de esta labor del Papa no han tardado en llegar: en este mes de diciembre, Moneyval, órgano de control del Consejo de Europa contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo, ha reconocido los «esfuerzos significativos» del Vaticano para incorporar los estándares internacionales y su compromiso con la transparencia financiera.

Pero la comisión consultiva más importante para la reforma de la Curia Romana es la conocida entre los periodistas como G-8, por estar compuesta por ocho cardenales, coordinados por el cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa.

Esta comisión, que ya se ha reunido en octubre (analizando en particular la reforma del Sínodo de los Obispos) y en diciembre (para analizar las instituciones que conforman la Santa Sede), tiene como tarea ayudar al Papa a reescribir la constitución apostólica que establece el papel de la Secretaría de Estado, así como de las congregaciones, tribunales, y consejos y otros organismos de la Santa Sede.

La última constitución de estas características, la Pastor Bonus, fue redactada por Juan Pablo II en 1988.

En la última reunión de esta comisión, se informó de que el Papa ha decidido acoger la propuesta de los cardenales de crear de una cuarta Comisión, que tendrá como objetivo específico prevenir decididamente y de manera permanente cualquier caso de pedofilia dentro de ambientes eclesiales.

Según ha explicado el cardenal Maradiaga, a causa de la ingente tarea encomendada, la Comisión para la reforma de la Curia Romana requerirá todavía tiempo. Lo más probable es que en el año 2014 no termine su cometido. No se trata sólo de una reforma interna de la Curia Romana, sino también de asegurar los instrumentos de comunión entre la Sede de Pedro y las Iglesias locales, incluyendo a las conferencias episcopales.

La tercera tanda de reuniones del Consejo de cardenales tendrá lugar del 17 al 19 de febrero, antes del consistorio de los cardenales del mundo, previsto para los días 20 y 21. Al día siguiente, el Papa creará a nuevos cardenales.

Si el Papa se atiene a las normas, debería nombrar a 14 nuevos cardenales (o poco más), pues el 22 de febrero los cardenales electores (que no han cumplido los ochenta años serán 106), y el número de cardenales electores previsto es de 120.

El nombre de los cardenales escogidos será un nuevo elemento indicativo para comprender la reforma que el Papa está trayendo a la Iglesia.

Sínodo de Obispos sobre la familia

El otro gran desafío que el Papa tiene previsto para este año es el Sínodo de obispos representantes de todos los continentes sobre la familia, que se celebrará en el Vaticano del 5 al 19 de octubre. El Papa Jorge Bergoglio consideraba la metodología del Sínodo como demasiado protocolaria y poco colegial. Por este motivo, quiere recuperar el carácter consultativo y operativo del Sínodo, como sucedía en la Iglesia primitiva.

Y ya ha tomado pasos para ello. Ante todo, a diferencia de lo que sucedía hasta ahora, no ha encargado la redacción de un documento base que oriente (e implícitamente condicione) los temas a tratar, sino que ha enviado a todas las diócesis del mundo un cuestionario de 38 preguntas para que sea respondido no sólo por los obispos, sino por todos, laicos, sacerdotes, religiosas, religiosos…

La Secretaría del Sínodo reunirá las respuestas recogidas en un documento (técnicamente llamado Instrumentum laboris que constituirá la base para las discusiones del Sínodo).

El cuestionario ya plantea algunos de los temas de debate del Sínodo, como por ejemplo, la situación de los divorciados vueltos a casar, la difusión cada vez más numerosa de parejas de hecho, la actitud de la Iglesia ante las uniones de personas del mismo sexo, o la educación de los hijos en las situaciones matrimoniales irregulares.

Como explicó en la presentación de este cuestionario el cardenal Peter Erdö, arzobispo de Budapest, relator general de ese Sínodo, la asamblea episcopal «no cambiará la doctrina, sino más bien emprenderá actitudes pastorales diferentes».

Juan Pablo II y Juan XXIII santos

El evento del Papa que convocará al mayor número de personas (y podría batir un record histórico) ya está apuntado en el calendario desde hace tiempo: el 27 de abril, fecha elegida para la canonización de dos de los Papas más amados en las historia: Juan XXIII y Juan Pablo II.

Será un momento particularmente emotivo para Francisco: Karol Wojtyla nombró arzobispo de Buenos Aires a Jorge Bergoglio y le nombró cardenal. Por otra parte, Bergoglio nunca ha escondido su admiración por Juan XXIII, Angelo Roncalli, en especial, por su sencillez, y la apertura que trajo a la Iglesia católica con la convocación del Concilio Vaticano II.

No está confirmado, pero esa ceremonia podría ser el primer acto público en el que participaría como emérito el Papa Benedicto XVI, quien fue uno de los colaboradores más cercanos de Juan Pablo II.

Viaje a Tierra Santa

Este Papa parece que no tiene la intención de emprender muchos viajes internacionales, pero sin duda serán particularmente importantes. Tras haber reunido a tres millones y medio de personas en la conclusión de la Jornada Mundial de la Juventud en Brasil, su segundo viaje fuera de Italia como Papa tendrá por objetivo Tierra Santa (Israel y los Territorios Palestinos).

Las fechas del viaje todavía no han sido anunciadas oficialmente. Fuentes israelíes nos han informado de que podría tener lugar hacia finales de mayo.

Se trata de un viaje sumamente sensible por tres motivos. En primer lugar, porque servirá para impulsar la fraternidad entre cristianos y judíos, uno de los argumentos que Bergoglio lleva particularmente en el corazón, como ha demostrado en sus primeros gestos como Papa, así como cuando era arzobispo en Buenos Aires.

La fraternidad entre musulmanes y cristianos es el segundo objetivo de este viaje, argumento candente especialmente en algunos rincones del planeta, en los que estas relaciones se han degradado, como es el último polvorín estallado en la República Centroafricana.

Por último, el viaje es decisivo para la minoría cristiana en Tierra Santa y Oriente Medio, víctima del fuego cruzado de los conflictos que desangran a la región.

Pastor espiritual de la aldea global

Por último, en este año, el Papa confirmará su papel de pastor espiritual en el mundo globalizado. El obispo de Roma no es un párroco global, pues esto significaría no respetar a las realidades locales, las parroquias, tema por el que Francisco siente una particular sensibilidad. No estamos hablando de esto.

El Papa, en su labor de comunión de la Iglesia universal como sucesor de Pedro, puede ofrecer un servicio de guía espiritual para todas las personas que ven en su palabra un motivo de acercamiento a Dios.

Esta es quizá la labor más importante y sorprendente que el Papa ha realizado en estos primeros meses de su pontificado y que explica su popularidad. La homilía que pronuncia en la misa diaria en su residencia de Santa Marta se ha convertido en motivo de meditación cotidiana para millones de personas en Internet, y particularmente en las redes sociales.

Hasta ahora los participantes en estas misas han sido habitualmente empleados de la Santa Sede. A partir de ahora, los invitados a la misa del Papa serán fieles de las parroquias, comenzando por las parroquias de Roma. Dado que la capilla es pequeña, sólo podrá participar un número máximo de 25 personas.

La Eucaristía cotidiana ofrecerá, por tanto, al Papa la oportunidad de mantenerse en contacto con los fieles de la calle, evitando ese aislamiento en el Vaticano que desde inicios del pontificado ha evitado.

Por otra parte, el enorme impacto que sus palabras y actos han tenido en estos primeros meses de pontificado (no ha sido sólo el personaje del año de la revista Time, sino el argumento de tendencia 2013 en varias redes sociales, como Facebook) hace que este Papa se convierta en guía espiritual de millones de personas (incluso no católicos) en la aldea global.

Jesús Colina / Aleteia