La visita: Demasiado tópico para el suspense - Alfa y Omega

La obra La visita pone en escena la negociación entre una agente de una compañía de seguros, Esther, y un sacerdote director de un colegio religioso, Lucio, sobre la inclusión de una cláusula en la renovación del seguro que cubra los abusos sexuales.

Este planteamiento fue sugerido a Antonio Muñoz de Mesa por un titular publicado en 2004 en un periódico: «La Iglesia equipara el abuso sexual de un cura en Holanda con un accidente laboral». Tal titular es citado por el protagonista, Lucio –antropónimo que mezcla los términos «sucio» y «luz»- como un antecedente que avala su petición de que el seguro cubra el pago de las indemnizaciones por abusos sexuales en el colegio. A lo largo de la obra se va descubriendo que para el sacerdote, un ser totalmente amoral, no sólo es normal pedir una cláusula que incluya los abusos sexuales en un seguro, sino que los abusos mismos son algo tan accidental, tan en el orden de las cosas corrientes, como tirar un objeto por error; un hecho sobre el que no existe la menor responsabilidad. Concepción que Esther, por sentido común, se niega a aceptar. Como era previsible, al avanzar la negociación, la agente de seguros encuentra la razón de la postura defendida por Lucio: él mismo es culpable de los abusos.

La obra se mueve en la esfera de lo previsible. Ya el planteamiento hacía vislumbrar que el sacerdote no iba a quedar en buen lugar. Desde el comienzo de la obra, Iván Villanueva como Lucio, sobrio en su interpretación, da vida a un hombre anormal, patético. A pesar de la contención del actor, el público no puede sino reírse ante la manifiesta ridiculización que se hace del sacerdote, un papel que cae en todos los tópicos anticlericales: un cura borrachín, enemigo de últimas tecnologías, y aficionado al fútbol (a las mejores entradas obtenidas gratis a costa de la diócesis). Tampoco el final sorprende. Simplemente otorga al espectador el alivio de que un ser tan repulsivo y prepotente no se salga con la suya.

Uno conserva en la retina algunos guiones que tienen como telón de fondo los abusos sexuales de sacerdotes y que escenifican un thriller interesante, un suspense dramático de alta tensión. Son ejemplo Mistic River -con el inolvidable Tim Robbins traumatizado de por vida-, o La duda, con la maravillosa Meryl Streep y esa deliciosa ambigüedad que mantiene la tensión hasta el final de la película. En estos casos, lo escabroso del asunto no es un menoscabo, sino todo lo contrario, de la calidad del thriller. Quizá Antonio Muñoz de Mesa pretendía llevar esta línea al terreno teatral. En mi opinión, para llevar un tema tan polémico -se quiera o no- al terreno artístico, hay que hacerlo con mucha libertad, y al autor de La visita le traiciona su propio prejuicio.

La visita

★☆☆☆☆

Teatro:

Teatro Arenal

Dirección:

Calle Mayor, 6

Metro:

Sol

ESPECTÁCULO FINALIZADO