La respuesta necesaria - Alfa y Omega

La respuesta necesaria

José Francisco Serrano Oceja

Michel Foucault, al final de su libro La arqueología del saber, escribió: «Sí, es posible que hayáis matado a Dios bajo el peso de lo que habéis dicho (sin duda, se dirige a Jean Paul Sastre); pero no penséis que con todo eso que habéis dicho habéis construido un hombre que viva más que Él». La pregunta por Dios no es separable de la pregunta por el hombre. Una cuestión, la de la pregunta, que ha mutado a lo largo de la Historia reciente. Ya no es lo mismo preguntarse por Dios desde los padres de la sospecha y desde aquellos que proclamaron la muerte de Dios, incluso desde quienes hablaron de las teologías de la muerte de Dios, que preguntarse por Dios después de Heidegger, Wittgenstein, Levinas, Derrida y Vattimo, que no han olvidado del todo a quienes les precedieron. Hoy la pregunta por Dios se hace en el contexto de las antropologías de la muerte del hombre. La objeción de Adorno, que ha marcado la segunda mitad del siglo XX, ha adquirido nuevos matices.

Una vez más, don Olegario González de Cardedal sale al quite de los embistes del trasfondo antropológico y cultural y pone sobre la mesa un libro-ensayo «sobre Dios y su lugar, nosotros y nuestro tiempo ante Él». Trastoca el presupuesto de lo culturalmente correcto y arranca de la afirmación de que hay hecho, y no sólo interpretaciones (Nietzsche diría lo contrario); el hecho de que en la historia humana ha habido, y hay, la palabra Dios, y han perdurado las ideas y preguntas sobre Dios. Ha habido también respuestas sobre las preguntas, testimonios y palabras, como respuestas, del propio Dios (revelación) y del hombre a Dios (religión). Dios, por tanto, ¿es una pregunta sin respuesta, o una respuesta sin pregunta? Las preguntas del filósofo sobre Dios, desde Dios y hacia Dios; los testimonios creyentes en favor de Dios como relatos de su revelación y del encuentro con Él; y las preguntas filosóficas y los testimonios creyentes ante nosotros, son aspectos que se abordan inicialmente y que dan paso a una reflexión, serena y en no pocas ocasiones genial, sobre lo que el autor denomina el exceso de Dios y nuestro salto al límite. Por último, dos referentes de indiscutible vigencia: la revelación de Dios y el abismo del amor y Jesucristo, la historia de Dios con el hombre, ofrecen el cierre categorial de un libro que ayuda a entender y que acompaña en el camino de la inteligencia y de la voluntad en la reflexión sobre Dios y en el encuentro con Dios.

Entendido este texto como proposición teológica y cultural, oportunidad para el diálogo con el mundo laico abierto a lo que está más allá de sí mismo y llamada a la conciencia cristiana, no se puede obviar que orienta una prioridad para la Iglesia en España. También hay que valorar su sugerencias de debate interno o de examen autocrítico, como, por ejemplo, las que realiza en la nota 3 de la página 58 sobre la encíclica de Juan Pablo II Fides et ratio; o la que aparece en la página 79 sobre el «suicidio espiritual al que, inconscientes de su gravedad, han invitado ciertos teólogos y catequistas en los últimos años, al proponer que sólo imitásemos al Jesús hombre libre sin necesidad de creer en él y que viviéramos en el mundo como si Dios no existiese, para mostrar así la solidaridad con los no creyentes».

El hombre ante Dios
Autor:

Olegario González de Cardedal

Editorial:

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Año de publicación:

2013

Páginas:

160

Precio:

15,00 €