La parroquia no es un autoservicio de consumo - Alfa y Omega

La parroquia no es un autoservicio de consumo

Llegan las Primeras Comuniones a las parroquias españolas, y muchos padres «siguen sin superar que ciertas celebraciones cristianas en la vida de los hijos no son cuestión de tradición o de consumo religioso». Así lo expresa en su última Carta pastoral el arzobispo de Toledo, monseñor Braulio Rodríguez Plaza, quien pide a los padres que «no engañen a la comunidad parroquial, a los catequistas y a sus hijos», porque «la principal celebración cristiana es la Misa del domingo». La Primera Comunión es la puerta a la misma

Cristina Sánchez Aguilar
El arzobispo de Toledo se pregunta qué sentido tiene la Primera Comunión sin la celebración de la Eucaristía.

Es tiempo de recibir la Primera Comunión para muchos niños españoles, momento tras el cual, el domingo y la celebración de la Eucaristía cobran un gran relieve. Para recordar, tanto a padres como a hijos, la importancia del Sacramento, el arzobispo de Toledo ha escrito una Carta pastoral, titulada Iniciación a la Eucaristía y el domingo.

En el texto, el arzobispo de Toledo da un toque a los padres, ante la posibilidad de que el sacramento de la Eucaristía se quede en una celebración anecdótica: son «los responsables principales de que la posibilidad de recibir a Jesús Sacramentado no se reduzca a la Misa festiva de la Primera Comunión». A ellos les pide que se comprometan «a ayudar a que sus hijos se acostumbren a celebrar, desde ese momento, la Eucaristía en domingo», lo que define, antes que como un mandamiento de la Iglesia, como «el despliegue normal de la iniciación cristiana».

«Unos padres que no tengan claro esto, o que en su corazón no cabe semejante servicio a la formación cristiana de su hijo, están engañando a la comunidad parroquial, a los catequistas y a sus propios hijos, no al Señor», recalca monseñor Rodríguez Plaza, quien reconoce tener algunos problemas serios con los padres, «porque siguen sin superar que ciertas celebraciones cristianas en la vida de los hijos no son cuestión de tradición o de consumo religioso, con lo que conciben la parroquia como una estación de servicio, o una gran superficie o autoservicio donde compro o elijo lo que más me gusta o apetece».

No todo vale

El arzobispo Primado sostiene que no se puede aceptar «que valga todo» en una parte tan vital de la iniciación cristiana de los niños. Recibir a Jesús Sacramentado por primera vez «es un acontecimiento hermoso y significativo», tal y como lo define el arzobispo, pero siempre «que los niños lo vivan como una celebración primera que ha de ser muy importante a partir de esa fecha». Y subraya: «La principal celebración cristiana es la Misa del domingo, pues formamos parte de la Iglesia del Señor». El arzobispo, conocedor de que muchos entienden la Comunión primera de los niños como algo separado de la celebración dominical, «encerrada sólo en un día de fiesta», se pregunta «qué sentido tiene la Primera Comunión sin la celebración de la Eucaristía».

Monseñor Rodríguez Plaza reafirma, en su Carta pastoral, la importancia del domingo, «día en que resucitó Cristo», y lamenta que, en nuestra sociedad, dicha relevancia ha sido rebajada, «no sólo por el pluralismo social y religioso en nuestra democracia, sino porque los católicos no estábamos tan acostumbrados a hacer el esfuerzo mental de por qué tiene tanto valor el domingo».