La historia de Miguel Ángel, el nuevo fichaje español del Vaticano que estuvo amenazado por el yihadismo
El sacerdote Miguel Ángel Ruiz, a partir de septiembre, formará parte del equipo de la Secretaría de Estado en el Vaticano
«Como muchas cosas en mi vida, esto ha sido una verdadera sorpresa», ha asegurado en El Espejo, de la Cadena Cope, Miguel Ángel Ruiz Espínola, sacerdote español párroco de la casa salesiana de Algeciras, quien desde septiembre formará parte del equipo de la Secretaría de Estado del Vaticano.
Durante la entrevista, Ruiz Espínola ha contado que ya estaba trabajando de cara al próximo año en la parroquia: «habíamos creado un grupo litúrgico nuevo para cuando arranquemos en septiembre», pero que recibió un correo de su superior «y me dijo que me preparara, que hiciera las maletas porque ha llegado una petición de la Secretaría de Estado y no podemos decir que no».
Su experiencia en Pakistán
Asimismo, ha compartido su experiencia como misionero en Pakistán, donde «la vida de un cristiano no es nada fácil». El recién nombrado miembro de la Secretaría de Estado ha reconocido que el miedo en Pakistán está muy presente. El colegio en el que trabajaba incluso estuvo amenazado por Al Qaeda. «Pasas miedo cuando te encuentras con situaciones que escapan de tu control. Decir que no se pasa miedo sería un pavonearse absurdo. Los salesianos pasamos miedo cuando vemos cómo sufre la juventud y no podemos hacer nada, pasas miedo cuando ves que se queman las casas de los cristianos sencillamente por ser cristianos».
Pero aún así el sacerdote ha asegurado que es «un miedo desafiante, es decir, un miedo que no te frena sino que te anima a seguir trabajando y sobre todo fortalece tu fe. Una persona que siente miedo y no tiene fe se acaba hundiendo. La fe te permite dar este paso y decir: “Señor hasta aquí puedo, ahora toma Tú el control”», ha matizado.
Finalmente el padre Miguel Ángel Ruiz ha reconocido estar muy feliz y contento con esta nueva aventura que le llevará al Vaticano y además ha afirmado que «he cumplido muchos de los sueños que tenía de pequeño y me siento satisfecho con mi vida como sacerdote, como salesiano y como misionero».