La corona de la Virgen de la Calle, «regalo de todos los palentinos»
Este viernes, 2 de febrero, se celebra la Solemnidad de la Virgen de la Calle, Patrona de la Ciudad de Palencia
Francisco Javier Lauzurica y Torralba, obispo de Palencia entre los años 1943-1949, fue el que pidió al Papa Pío XII en 1947 que la Virgen de la Calle fuese declarada oficialmente patrona de Palencia, argumentando que desde el siglo XV se la venía tributando ese reconocimiento por todos los palentinos. Título y distinción honorifica que consiguió de la Santa Sede, mediante un breve pontificio el día 2 de abril de 1947.
Desde entonces, creció la devoción a esta Virgen y con este motivo se restauró la antigua cofradía, con sus mayordomos y camareras y los tradicionales cultos sabatinos. Asimismo, este prelado lanzó la idea de coronarla canónicamente y, para tal fin, promovió hacerla una nueva corona con donativos de todos los fieles. Se abrió una suscripción popular con el fin de recabar donativos en dinero y en especie –monedas de plata, oro y joyas– para construir las dos coronas, la de la Virgen y del Niño, y la aureola de la Madre como patrona de la ciudad de Palencia.
Pronto las instituciones, los particulares y sobre todo los fieles devotos palentinos entregaron sus dineros, alhajas y piedras preciosas. Todo ello no solo con un alto valor material, sino con una muy alta estima personal, por ser recuerdos familiares. Como dice una de las estrofas del himno, «como el oro y las piedras preciosas, engarzadas, coronan tus sienes, así Madre, los hijos que tienes vivirán junto a tu corazón». Todos los palentinos contribuyeron para hacerla una corona símbolo de su amor.
La corona material es reflejo de un amor profundo y sincero a la Madre común, con el título precioso de la Calle y el cariñosísimo de nuestra Morenilla.
El día 16 de abril de 1949, Francisco Javier Lauzurica y Torralba fue promovido a la sede episcopal de Oviedo, después de regir la diócesis palentina durante seis años. No pudo ver cumplido su deseo. Su sucesor, monseñor José Souto Vizoso, nuevo obispo de Palencia (1949-1970), recogió la idea de coronarla canónicamente y de hacer por fin una nueva y elegantísima corona.
Una comisión creada por el obispo se encargó de buscar el artista que hiciese la corona y eligió al gran orfebre burgalés Maese Calvo. En la ejecución de la corona, dijo el mismo artista, «he puesto todo mi entusiasmo de artista y mi fe de creyente.
La imagen exigía el gótico florido y éste es el que adopte, y a él atemperé en la concepción y en desarrollo, lo mismo que en la aureola como las dos coronas».
El día 30 de abril de 1952, el obispo de Palencia José Souto Vizoso anunció que la fecha de la coronación canónica sería el domingo 8 de junio de ese mismo año. La virgen fue coronada por el nuncio de su santidad en España, Monseñor Cicogniani, con presencia de los obispos de Palencia, Burgos, Cádiz-Ceuta, Calahorra, Oviedo y Barbastro y Salamanca, los abades mitrados de Silos; el ministro de obras públicas, Conde de Vallellano; el alcalde de Palencia, García Germán, y otras muchas autoridades de la región, además del cabildo en pleno, párrocos de la ciudad y muchos de la diócesis. La fecha quedó grabada en la memoria de todos los palentinos como día memorable.
La corona de la canonización la lucirá la Virgen de la Calle el día de su fiesta como en años anteriores. Más que una obra de arte, es la gran prueba de amor de todos los cristianos palentinos a su virgen queridísima. Si alguien quiere verla de cerca y contemplar la belleza y riqueza que encierra lo puede hacer visitando el museo diocesano donde se custodia. Se dará cuenta del amor que la profesó y profesa Palencia.
José Luis Calvo Calleja
Director del Museo diocesano de Palencia