Kiko Peña en las Noches Brujas del Corral de la Morería. Dar oportunidad al talento - Alfa y Omega

Durante los sábados del mes de junio y pasada la medianoche, el Corral de la Morería ha celebrado, dentro del IV Festival de Flamenco, sus Noches Brujas; las Noches Brujas acontecen cuando permitimos que alguna pasión que nos absorbe por entero le robe horas al sueño, cuando somos exigentes y buscamos algo que merezca la pena y justifique que permanezcamos despiertos. No tengo duda de que ver bailar a Francisco Hidalgo y escuchar en directo a Kiko Peña merece entrar en la madrugada.

El Corral de la Morería es un espacio con un encanto especial. Diría que su peculiar encanto radica en dos cosas: una, en el hecho de ser referente para el flamenco por las grandes figuras que actuaron e incluso comenzaron allí; es decir, en su vocación de hacer historia, abriendo sus puertas al talento. Hay un segundo factor vinculado a este: un pequeño escenario al que sólo la magnitud del artista puede dar grandeza. Por eso es arriesgado que un artista se suba a él. Y en correspondencia con este artista que se expone a ofrecer algo tan auténtico que no precise distracciones, como los trileros cuyo cómplice nos roba la cartera, también el Corral de la Morería arriesga presentando nuevos talentos: es el caso de Kiko Peña.

Francisco Javier Peña García de Soria nació en Écija en 1995, hijo del matador de toros y cantaor no profesional Paco Peña y de Esperanza León, integrante del trío Son del Sol. El día 22 de junio, apadrinado por Miguel Poveda, este joven cantaor presentó su primer disco, titulado justamente Mis primeros cantes. Hay varias cosas que destaco en la actuación de Kiko Peña. En primer lugar, algo que no se puede dar por supuesto: que canta pero que muy bien. Hay un gusto de oírle que remite a una gracia anterior a la experiencia que sin duda necesita este cantaor para adquirir aplomo y personalidad en su cante. Por otra parte, él tiene, a pesar de su juventud, suficiente versatilidad y fuerza para cantar con dramatismo una soleá («Aquel que está en Santa Cruz, al Cristo de los gitanos, por mi pare yo te pido, no la dejes de tu mano»), y con mucho compás unas cantiñas («Con las bombas que tiran los fanfarrones, se hacen las gaditanas tirabuzones»).

Aunque Kiko necesita su tiempo, es emocionante escuchar a un cantaor joven y actual que se enraíza en la sabiduría de la tradición, como dos cosas, juventud y tradición, que se aúnan en lugar de oponerse. No me extraña que sea su padrino alguien que ha sabido hacer un trabajo tan interesante en este sentido, como el gran Miguel Poveda.

El día 22 ni los nervios del joven Kiko ni su timidez pudieron eclipsar su talento, de esos que hacen albergar esperanzas. Noche Bruja, con la magia de ver a alguien prometedor en un lugar con solera, ya legendario, porque hay leyendas del cante que pisaron allí. Esperamos que Kiko Peña pase en engrosar la lista de los grandes que comenzaron en el Corral de la Morería. El tiempo dirá.

Kiko Peña

★★★☆☆

Teatro:

Corral de la Morería

Dirección:

Calle Morería, 17

Metro:

Latina

ESPECTÁCULO FINALIZADO