Hasta pronto, Don Bosco - Alfa y Omega

Hasta pronto, Don Bosco

María Martínez López

La reliquia de san Juan Bosco, fundador de los salesianos, terminó su visita a España hace unas semanas. Los meses que ha durado esta peregrinación, desde mayo, «han sido una fiesta», nos explica el salesiano Javier Valiente, que ha seguido de cerca todo el viaje de la reliquia. «En cada colegio, se ha recibido a Don Bosco –como todos le llaman– con globos, música, fiesta…, repitiendo lo que hacía el mismo Don Bosco con sus chicos en el colegio que él tenía. Y también rezando. Ha sido muy bonito ver a muchos chicos y jóvenes en ratos de oración, cantando alrededor de Don Bosco, escuchando qué les diría hoy Don Bosco a ellos, y también hablando con él».

Don Bosco fue un sacerdote que puso en marcha una de las mayores aventuras educativas de la Iglesia: los salesianos y las salesianas, que hoy tienen multitud de colegios y centros juveniles en todo el mundo. El objetivo de la visita de su reliquia era poder conocerlo mejor, con la cabeza pero, sobre todo, con el corazón. Y esto ha sido posible gracias a cómo su llegada se ha preparado en todos los sitios: «En cada colegio –explica Javier–, antes de llegar Don Bosco, los chicos y chicas leían su vida, se hacían concursos para conocerlo, se preparaban oraciones y se celebraba la Eucaristía para dar gracias a Dios por la vida de san Juan Bosco».

Todo esto ha impactado a los niños y jóvenes, como se puede ver en los mensajes que le han escrito al santo: «Espero que sigas conquistando la vida de muchas personas»; «Estoy dispuesta a ayudarte en lo que haga falta»; «Te has convertido en un ejemplo a seguir, una persona que creyó en los jóvenes»; «Tú me has enseñado a tener fe y a querer a María como nuestra Madre»; «Gracias a ti muchos jóvenes se han subido al tren de la fe»; «Me gustaría saber devolverte de alguna manera lo que has hecho por nosotros». Pero la fiesta no ha sido sólo para los alumnos. También «se han reunido para recibir a Don Bosco los educadores, catequistas, padres y madres, muchos amigos de las obras salesianas». Para ellos, Don Bosco sigue siendo hoy «un modelo de cómo educar a los chicos y jóvenes y enseñarles algo muy importante: que Dios los quiere, y quiere que sean felices». Por eso, aunque Don Bosco ya se haya ido, sigue habiendo motivos de sobra para la fiesta.

Querido Don Bosco:

«Hoy, que estás aquí, te queremos dar las graciaspor todo lo que hiciste en tu vida, por fundar los colegios salesianos y, en concreto, porque nosotros podemos disfrutar del nuestro. Desde que eras pequeño, ya ayudabas a los más desfavorecidos y, poco a poco, creciste y maduraste, tomaste la opción de ser sacerdote y ofrecer alimento y cobijo a los niños de la calle. Les enseñaste a ser mejores personas, a confiar en la palabra de Dios. Igual que hoy nos lo enseñas a nosotros. Por eso te damos las gracias» (2º C de Primaria, Ciudad de los Muchachos –Madrid–).

«Tú eras un buen chaval, de esos que te ayudan, que se preocupan de los más desfavorecidos, de esos que no van con los ricos, de esos que no quieren ser populares, de esos que no pueden ver a nadie triste. Siempre ibas con los más desfavorecidos, marginados, pobres… Creo que, si ahora estuvieras vivo, estarías muy contento de todo lo que han hecho los salesianos por todo el mundo. Están presentes en 134 países, con 2.154 casas y más de 16.000 salesianos. Un Gracias no es suficiente. Mis padres, por suerte, eligieron salesianos, y gracias a eso me sacaré hasta el Bachiller, seré entrenador en el Boscos y estaré de monitor de tiempo libre en la asociación de tiempo libre Trobada d’amics. Un sueño sería trabajar o colaborar allí» (Javier, Zaragoza).