Giampietro Dal Toso: «El conflicto sirio es político, no religioso» - Alfa y Omega

Giampietro Dal Toso: «El conflicto sirio es político, no religioso»

El secretario del Consejo Pontificio «Cor Unum», el organismo encargado de promover y coordinar la caridad del Papa, monseñor Giampietro Dal Toso, acaba de regresar de Siria, donde ha entregado, en nombre de Benedicto XVI, un donativo de 100 mil dólares para sostener la acción caritativa de la Iglesia local

Jesús Colina. Roma
Ruinas en Alepo, Siria, tras la explosión del 10 de febrero de 2012.

¿Qué significado tiene este donativo?
El Santo Padre ha querido realizar un gesto a favor de una población que tanto está sufriendo a causa de un largo conflicto, independientemente de los factores que han provocado esta emergencia. Lo que más cuenta en este momento es el sufrimiento de tantas personas, obligadas a abandonar sus casas. La Iglesia en Siria se ha movilizado para socorrer a la población afectada, con un programa de notable alcance.

¿Qué tipo de ayuda ofrece la Iglesia a las poblaciones de Homs y Alepo, las más afectadas por la violencia?
En estos momentos, sobre todo alimentaria y médica. La Iglesia en Siria se ha movilizado a diferentes niveles ante la emergencia, provocada sobre todo por los evacuados y refugiados, que se alejan de las zonas en crisis. Han sido acogidos con gran disponibilidad por parte de las familias. Se han dado también gestos positivos de ayuda recíproca entre cristianos y musulmanes. Ahora se está predisponiendo un proyecto de ayuda más estructurado, por valor de varios centenares de miles de dólares, que es coordinado por Cáritas Siria. Es apoyado por otras Cáritas nacionales y por organismos de ayuda católicos presentes en Siria. Este gesto de comunión no debe ser minusvalorado y tiene un gran impacto. Incluso más allá de las fronteras de Siria, especialmente en el Líbano, los organismos católicos están ofreciendo su contribución.

En sus encuentros con el Patriarca Gregorios III Laham y con los demás exponentes de la Iglesia local, ¿ha visto preocupación por el futuro de los cristianos, y su posible éxodo, como ha sucedido en otros países de la región? ¿Hay miedo a la intolerancia religiosa?
Comprendo que pueda surgir el miedo ante conflictos prolongados y un futuro incierto. Pero el espinoso problema del éxodo de los cristianos de Oriente Medio tiene raíces muy lejanas y ciertamente no se debe a lo que está sucediendo en estos meses. Es importante recordar que el actual conflicto es político; no es ni debe convertirse en un conflicto religioso. Afecta tanto a musulmanes como a cristianos. La Iglesia sigue de cerca estos sucesos, que le afectan de lleno, pues la Iglesia está en el corazón de un pueblo. Sin embargo, la Iglesia no tiene la tarea de intervenir en el ordenamiento político de un país. Creo que la Iglesia católica en Siria está acompañando con atención el actual proceso de transformación. El Papa nos enseña, por otra parte, que todo ordenamiento político puede funcionar, y por tanto seguir verdaderamente el bien común, cuando se basa en el respeto de la dignidad de la persona humana y de sus derechos. Además, todos están interesados en crear las condiciones en las que todo ciudadano pueda profesar y vivir libremente su fe. La violencia no es en ningún caso el camino para sanar los conflictos; es más, corre el riesgo de abrir heridas más profundas, que podrían no cerrarse. Por este motivo tenemos que rezar.