Gentes: Immaculée Ilibagiza, superviviente del holocausto de Ruanda (en Revista Misión) - Alfa y Omega

Cuando todo nos va mal, hay que pedirle a Dios las razones para seguir creyendo. Tenemos que hablarle, del mismo modo que le hablamos a cualquier amigo. No pasa si le decimos: Dios, no te siento, estoy perdiendo la esperanza. No te canses de preguntarle. Dios está en todo. Si miras a tu alrededor, encontrarás motivos de sobra para contar sus bendiciones.