Entra dentro de lo esperable - Alfa y Omega

Entra dentro de lo esperable. En esta segunda vuelta de votaciones —tercera, en realidad—, lo plausible es que ya estén algunos perfiles definidos y varios candidatos sobre la mesa. Y que a los electores les toque ahora afinar y decidir si siguen o no las propuestas. Como se comenta en los mentideros de la villa romana desde que comenzaron las congregaciones generales, el cónclave será o corto o largo. No habría término medio. Es decir, esperamos fumata blanca en la noche de este jueves o durante el viernes, momento óptimo para que el domingo en el ángelus el nuevo Santo Padre rece ya junto al pueblo fiel de Dios.

La mañana del jueves la afluencia a la plaza de San Pedro había disminuido. La realidad es que una amplia mayoría de los asistentes el día 7 eran romanos que, a la salida del trabajo, acudieron hasta la plaza para, si era posible, dar la bienvenida al Obispo de Roma. Esta mañana, además de turistas de cruceros y medios de comunicación a mansalva, pocos fieles han tenido la posibilidad de llegar hasta San Pedro. Veremos la tarde, cuando las opciones de fumata blanca se multiplican notablemente.

Mientras tanto, las horas de relleno de los medios de comunicación dejan volar la imaginación. ¿Se pondrá las vestiduras que Francisco no quiso? ¿Vivirá en el Palacio Apostólico? ¿Será curial o más bien periférico? Las hipótesis dan juego, pero la realidad es que es imposible saberlo, aunque a algún cardenal se le escapase su filia. Pero es uno entre 133. Lo que está claro es que aquel que diga sí a este reto histórico va a tener que enfrentarse desde el minuto cero a una comparativa —odiosa, siempre son odiosas— con su antecesor. Porque no es solo el nuevo Papa, sino el sucesor de Francisco. Y el Pontífice argentino, entre otras muchas cosas, provocó activamente que la Iglesia universal, la diplomacia vaticana, los gestos de ternura, estuvieran casi a diario en los titulares de cabeceras de todo el mundo.

No lo tiene fácil el sucesor. Pero el Espíritu Santo sopla la vela de la barca que es la Iglesia, y siempre lo hace a favor.