El segundo día del cónclave es clave para saber si habrá pronto un nuevo Papa
A partir de la quinta o la sexta votación, la situación se complica y empiezan a aparecer candidatos menos habituales
La primera votación en la Capilla Sixtina dio como resultado una fumata negra, como era de esperar. Esta suele considerarse un sondeo para entender las posibilidades de los llamados «papables». Las de este jueves, sin embargo, serán decisivas para comprender si algunos de los más votados pueden contar con consenso o es necesario buscar una alternativa para encontrar al sucesor de Francisco.
Así lo ha explicado Cristina Cabrejas, de la agencia EFE, en un artículo en el que analiza las votaciones de los últimos cónclaves y la importancia del segundo día para determinar si el Pontífice número 267 será elegido pronto por los electores o habrá que esperar a posteriores votaciones en las que podrían salir candidatos menos habituales.
En los últimos 80 años, el número de votaciones necesarias para elegir un Papa ha variado entre 4 y 11. Los cónclaves más rápidos fueron los que eligieron a Juan Pablo I (Albino Luciani) en 1978 y a Benedicto XVI (Joseph Ratzinger) en 2005, ambos en la cuarta votación, subraya Cabrejas.
El Papa Francisco fue elegido en 2013 en la quinta votación, para elegir a Pablo VI fueron necesarias seis votaciones en 1963, y ocho para Juan Pablo II en 1978. La elección más larga de las últimas ocho décadas fue la de Juan XXIII (Angelo Giuseppe Roncalli) en 1958, que requirió once votaciones.
89 votos necesarios
Según los analistas y la prensa local consultados por EFE, en la primera votación, los electores votan su preferencia absoluta y los papables descubren cuántos votos tendrán realmente. A partir de ahí, el tercer voto es el decisivo porque los purpurados empezarán a abandonar su primera opción basándose en la votación anterior, explicó Alberto Melloni, profesor de historia del cristianismo en la Universidad de Módena-Reggio Emilia, en una entrevista al portal a Fanpage.it.
Ya por la tarde, los electores empezarán a optar por uno de los dos candidatos más votados y la votación decisiva será la quinta o como mucho se esperará una sexta votación para que se llegue a la mayoría de dos tercios necesaria, 89 votos. Más allá de esto, la cosa se va complicando y, entonces, suelen aparecer candidatos menos habituales.